Estas mujeres, que se dedican a enseñar a dar vida, tienen todo un programa curricular que incluye desde la forma correcta de amamantar, las posturas, posiciones y formas apropiadas tanto para la madre como para el bebé.
Lo que las impulsó desde el principio, explican, fue esa necesidad de compartir los conocimientos y vivencias en un entorno de confianza entre las mujeres. Sobre todo entre las madres primerizas, que buscaban algo más que la opinión de un médico: la guía de alguien que conoce y ya pasó por situaciones similares a las que viven ellas.
“Es importante tener la posibilidad de compartir conocimiento, así como informar a las mujeres de los múltiples beneficios de la lactancia materna, que protege a las niñas y los niños desde el momento de su nacimiento”, indica Mariana.
Esto es necesario sobre todo porque, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México sólo 14% de los niños reciben lactancia desde su nacimiento y hasta los seis meses de edad. En Oaxaca siete de cada 10 mujeres abandonan la lactancia antes de ese periodo, señala la Casa de Lactancia y Crianza.
Para Mariana, en Oaxaca existe una cultura generalizada del amamantamiento y, aunque en algunos casos sí ha habido señalamientos a mujeres que la ejercen en público, la gente está acostumbrada a ver a las mujeres alimentar a sus hijos.
Fue para potenciar esa cultura que nacieron los círculos de apoyo, que brindan seguimiento y conocimiento de madre a madre sobre la lactancia, sus procesos y cómo finalizarla “de forma amorosa”, pues las creadoras de la Casa de Lactancia están convencidas que es un proceso que debe realizarse con amor.
El proyecto nació en 2016, cuando Melissa y Mariana lograron consolidar, junto con Margarita Pesoa, la Casa de Lactancia y Crianza como una asociación civil. Después de varios años de acompañar a mujeres, lograron conseguir instalaciones donde se imparten pláticas y cursos para aquellas que necesitan apoyo durante los distintos momentos de la maternidad.
Las creadoras del proyecto enfatizan que principalmente buscan respaldar a las mujeres que están por iniciarse como madres, para que dejen atrás sus miedos y fortalecer así la práctica y conocimientos sobre la lactancia, así como los conocimientos que existen sobre ella.
Al inicio, cuentan María y Melissa, La Casa de Lactancia y Crianza buscaba un sitio fijo para establecerse, así como medios para financiar sus proyectos y continuar trabajando. Poco a poco, la iniciativa se ha dado a conocer y ha ganado reconocimiento del sector Salud; actualmente las integrantes imparten pláticas y talleres en hospitales públicos.
Hoy, con un espacio propio y apoyo de madres que trabajan voluntariamente, las oaxaqueñas pueden contar con otras mujeres que las acompañen en su proceso de maternidad.