De acuerdo con el organismo, en lo que va del año las agresiones más recurrentes contra comunicadores han sido de tipo físicas, detenciones arbitrarias, bloqueo informativo, hostigamiento, amenazas de muerte, así como el robo de equipo de trabajo.
Aun cuando hasta el momento no se han registrado casos por Covid-19 en este sector de la entidad, la DDHPO ha tenido conocimiento de agresiones contra reporteros en retenes, así como por parte de particulares, derivadas de restricciones en la movilidad y comercio.
Además, indica el órgano defensor, periodistas enfrentan condiciones desfavorables en cuanto a seguridad social, falta de equipo de protección, seguro médico, entre otras prestaciones que deberían de tener garantizadas al ejercer una profesión de alto riesgo; y resalta la necesidad de establecer mecanismos de protección que les permitan obtener seguridad en materia de salud, así como en su actividad.
En 2015 el organismo defensor de los Derechos Humanos recibió 12 expedientes de queja e inició 31 Cuadernos de Antecedentes (CA); para 2016 se registraron 38 quejas y 49 CA; en 2017, 27 quejas y 36 CA; en 2018, 11 quejas y 27 CA; mientras que en 2019 siete expedientes de queja y 15 CA.
“Cuando se daña a un periodista, no sólo se afecta la labor, sino la posibilidad de la sociedad de informarse y tomar decisiones, más aún en tiempos de pandemia”, afirma la DDHPO, y reitera la obligación de las autoridades de investigar estas agresiones a fin de que no queden en la impunidad.