Pese a estragos de pandemia al campo, sorgueros no se dejan caer
Con medidas sanitarias se preparan para producir 12 mil hectáreas
Santo Domingo Ingenio.— Las más de 20 mil hectáreas de tierras en la zona oriente del Istmo de Tehuantepec están listas para recibir las semillas del sorgo, los trabajadores temporales ya rastrearon el suelo y sólo esperan que los patrones les entreguen las semillas para colocarlas en tiempo y forma.
En la temporada de 2019, los productores sólo se preocuparon que la plaga del pulgón amarillo no destruyera todo lo cultivado y que el exceso de lluvia no matara la producción; hoy, además de eso, ruegan que la crisis por el Covid-19 no los termine por destruir antes de comenzar, temen no recibir el apoyo gubernamental para adquirir la semilla, les preocupa que esta crisis inesperada los endeude más.
José Cruz Orozco es un productor de sorgo, maíz y melón, perteneciente al Consejo de Sorgueros Región Istmo del estado de Oaxaca, que ya comenzó a sentir los primeros daños de la crisis por la pandemia, en el mes de marzo perdió la producción de ocho hectáreas de cultivo de melón, alrededor de 8 mil cajas de esta fruta se echaron a perder porque los mercados donde se comercializan, en los estados de Veracruz y Chiapas, cerraron por la contingencia.
Aun con esa dura experiencia, volvió a sembrar melón, sólo que en esta ocasión sólo tres hectáreas, esperando que la producción logre colocarse en centrales de abasto o en la región, incluso con la contingencia.
Foto: Roselia Chaca
José Cruz también se está arriesgando a sembrar sus 50 hectáreas de sorgo, su esperanza radica en que el Consejo de Sorgueros Región a la que pertenece logre obtener, a través del diálogo, el apoyo gubernamental en la compra de la semilla con los proveedores, que se comprometa a pagar la mitad del precio; el resto va por su cuenta.
Pero no sólo la crisis mantiene en vilo a los mil 200 productores que conforman el consejo, también ese pequeño gusano que desde hace cuatro años se apoderó del campo y no ha dejado de destruir los cultivos de sorgo, año con año, y disminuir la calidad del producto, al grado de rebajarla a un sorgo de segunda calidad que sólo es adquirida por engordadores de Veracruz, quienes adquieren a 3 mil 500 pesos la tonelada.
El sorgo que se cultiva en la región sirve para elaborar alimentos balanceados para pollo y ganado, en otros lugares también lo usan para biocombustible.
El ciclo de producción comienza con la adquisición de la semilla. José Cruz necesita para sus 50 hectáreas un total de 700 kilos de semillas, cuyo costo por kilo es de 95 pesos, por lo que invierte al final 8 mil pesos por hectáreas, logrando, si bien les va, de dos toneladas a una tonelada y media de sorgo por hectárea.
“Antes lográbamos hasta tres toneladas de sorgo por hectárea de primera calidad, ahora sólo tonelada y media.
Al final, los engordadores nos lo pagan a 3 mil 500 por tonelada, si logramos las dos toneladas apenas y salimos al límite con lo invertido, pero si salimos con una tonelada, ni siquiera sacamos los 8 mil invertidos, por eso es necesario el apoyo”, explica el productor de Cerro Iguana, agencia de Santo Domingo Ingenio.
Foto: Roselia Chaca
El Consejo de Sorgueros de la Región del Istmo de Tehuantepec externó su preocupación por la contingencia sanitaria, de la crisis que atraviesan todos los sectores productivos, entre ellos el campo sorguero.
Sin embargo, también dejaron en claro que el campo istmeño no puede parar de sembrarse, por lo que decidieron organizarse y pelear por producir las 12 mil hectáreas que les pertenece, aún con la merma que se avecina.
“Estamos conscientes de la situación de la pandemia, por eso nos sumamos a los protocolos de seguridad. Pero también sabemos que hay productores de sorgo que ya están preparando sus tierras para este Periodo de Verano 2020, por eso hoy nos hacemos oír ante nuestros presidentes municipales, gobernador, así como del Presidente de la República, pidiendo no abandonar a los sorgueros que cada año generan una gran derrama económica”, manifestó el presidente del consejo, Fernando Marino Gutiérrez.