Pese a ello, la poeta está convencida de que no existen aún condiciones para que las naciones originarias tengan uso y disfrute de sus derechos humanos, pues desde el gobierno se siguen otorgando concesiones a grandes empresas en sus territorios, entre ellas a las dedicadas a la minería, una actividad de las que más ha dañado a estas comunidades y que, incluso, fue considerada como esencial en el contexto de la emergencia sanitaria: “No ha mejorado la relación con el Estado desde hace siglos”, agrega.

Foto: Edwin Hernández
Esta violación sistemática a los derechos de los pueblos indígenas de la que habla la especialista del foro de la ONU se materializa en Oaxaca, a partir de conceptos como legalidad, libertad, integridad, propiedad y justicia, las garantías que de forma más recurrente se violentan a personas de comunidades originarias, de acuerdo con estadísticas de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).
El órgano autónomo contabiliza que, entre 2019 y lo que va de 2020, suman 365 quejas interpuestas por habitantes de estas comunidades y en la mayoría de los casos remiten a violaciones de derechos, como la legalidad (141), a la libertad (52), la integridad personal (39), la propiedad (20) y al debido proceso (7).
Mientras que las instituciones que más quejas han recibido de parte de pobladores de comunidades indígenas por violentar sus derechos son los ayuntamientos (252), la Fiscalía General del Estado (42), el Instituto Estatal de Educación Pública (20) y los Servicios de Salud de Oaxaca (9).
Para Irma Pineda, estas cifras confirman lo que siempre se ha sabido. La existencia de una violencia sistemática que lo mismo impide a los pueblos indígenas gozar de derechos universales, como a la alimentación y a la salud, o servicios básicos, como el agua y la energía eléctrica.

Foto: Roselia Chaca
“La pandemia vino a evidenciar algo que, de por sí, ha ocurrido siempre: la tremenda marginación y la violación a los derechos de los pueblos. Es un golpe en la cara de lo fuerte que ha sido para ellos”, explica. Lo anterior, porque son quienes menos acceso tienen al sistema sanitario o un centro de salud.
Y ahora, en la nueva normalidad, también carecen de toda la infraestructura para tener acceso al modelo de educación por TV.