Niños autistas pierden su única escuela
El CENAO fue declarado inhabitable tras los sismos; autoridades no han ido a verificar el bienestar de los niños
En Oaxaca, los daños que han dejado los sismos son incontables; autoridades de la capital tienen el recuento de 174 edificios dañados, a causa de los sismos del 7 y el 19 de septiembre pasado en San Antonio de la Cal, municipio colindante con la capital, donde también se ubica el Centro Escolar para Niños con Autismo en Oaxaca (CENAO), cuyo inmueble no está en condiciones para recibir a un centenar de alumnos.
A los daños del sismo le suma un saqueo ocurrido la noche del 28 de septiembre; fue robado equipo de sonido, dinero, material de trabajo y hasta la tubería de cobre.
La directora del CENAO, Fabiola Benítez Silva, refiere que la escuela no ha recibido la atención apropiada del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), desde su fundación, en el 2011, pese a que es grande la necesidad de atender a niños con autismo que han sido expulsados de escuelas.
El CENAO da atención a 100 niños que cursan los niveles preescolar, primaria y secundaria; además, cuenta con tres claves de reconocimiento oficial de estudios. También atiende a niños con hiperactividad, déficit de atención y problemas de desarrollo, quienes reciben la atención pedagógica personalizada y apoyo terapéutico a través de 22 alternativas, entre las que destaca la musicoterapia y la atención psicológica.
Sin dictámenes
Tras los sismos, las actividades de la escuela, que por las tardes funciona como la Asociación Oaxaqueña de Autismo, frenaron. La directora del CENAO lamenta que el gobierno estatal, el IEEPO ni el DIF se han acercado para verificar el bienestar del alumnado, toda vez que el inmueble está severamente afectado.
Sólo el gobierno municipal atendió el llamado y acudió a realizar una revisión. Su dictamen indica que las instalaciones que fueron entregadas en comodato, hace 10 años, son de alto riesgo y no pueden seguirse usando.
En un recorrido, EL UNIVERSAL comprobó la existencia de grietas visibles en la entrada principal, techos, escaleras y áreas comunes que podrían poner en peligro el bienestar de quienes pasan varias horas en el inmueble.
La directora del CENAO señala que un vecino les prestó un terreno cercano a la escuela, en lo que arreglan la misma o se van a otro lado; ahí se improvisarán galeras para que la única escuela pública en su tipo, con la que cuenta el estado, siga brindando atención a los niños, pues cada día perdido de terapia se traduce en un gran retroceso que repercute la vida cotidiana de los alumnos.
Hasta el momento, no existe ningún dictamen por parte de las instancias estatales, ni siquiera se han acercado a los directivos para conocer la situación actual del inmueble. Protección Civil de San Antonio de la Cal emitió un primer dictamen tras el primer sismo en el que declaró como peligroso el acceso principal y por lo tanto fue clausurado.
En el sismo del 19 de septiembre, los alumnos se encontraban adentro de la escuela y por iniciativa de los profesores, más de la mitad del alumnado fue desalojado, mientras que el resto se quedó en un espacio menor a un metro cuadrado.
Los padres de familia y personal académico temen que el edificio no resista si hay otro temblor.
“Queremos pedirle a las autoridades que volteen a vernos, necesitamos un inmueble seguro para atender a los niños con autismo”, pide la directora.
Carencias añejas
Desde su fundación, la escuela opera en un inmueble que fue destinado por el gobierno estatal para la Asociación Oaxaqueña de Autismo, pero el director de ésta cedió el edificio para que funcionara como escuela por las mañanas.
A pesar de ser una institución con reconocimiento oficial, ha enfrentado diferentes carencias. En un principio, para completar la plantilla docente, solicitaron el apoyo del entonces gobernador, Gabino Cué, quien fue enfrentado por un niño con autismo que le dijo durante una audiencia: “gobernador: por qué cierras los ojos y cruzas los brazos ante las necesidades de los niños con autismo”.
Cué turnó la petición de un inmueble a los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), quien dijo desconocer el tema y se negó a abanderarlo. Por su parte, el IEEPO aseguró también desconocer el tema y mandaron a los directivos con las secciones sindicales. La Sección 22 del SNTE se negó a completar la plantilla docente, ante la imposibilidad de que los maestros faltaran a sus movilizaciones.
Finalmente, fue la Sección 59 la que asignó docentes que completaron la plantilla que paulatinamente se capacitó para atender a los niños. Tras la Reforma Educativa, los profesores se afiliaron al Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación en México (SITEM), quienes no han dejado de atender a los niños y seguirán brindándoles atención en el predio que les fue prestado.
“Nuestros niños han sido rechazados de escuelas públicas, pero tienen el mismo derecho, por eso hacemos un llamado al gobierno local a otorgarles las condiciones necesarias”, clama la directora.