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“Quedó destruido nuestro negocio, entonces ya logramos sacar buena parte de los zapatos, todavía como que se pueden vender”, pero de igual manera, existe mercancía que no tienen dónde almacenarla, por lo que Mario optó por ayudar.

“Lo que estamos haciendo es regalando zapatos que ahorita en estos momentos podría ocuparlos alguien más”, por lo que Mario empezó a juntar la mercancía a regalar para que los interesados en obtener un par se acerquen a la zona.
Sin embargo, el empresario recalcó que, si bien las personas no calzan del número o el modelo no es el indicado, “pues que se lo regalen a alguien que sí lo necesita, que conozcan”.
Es así como poco a poco, familias afectadas por el sismo formaron una fila en espera de recibir un par de zapatos que podría servir a niños, jóvenes o adultos, mientras Mario continúa con el retiro de escombros de su local.
Con información de Mario Arturo Martínez