Danna, diario de una niña que no teme a la leucemia
La niña de 9 años comparte en Facebook sus pasos de lucha; enfrenta la enfermedad con la ilusión de sus sueños a futuro
“Hoy tocó dos pinchazos por estudios de laboratorio… primero Dios y todo bien”, se lee en un mensaje que escribió Danna Paola Santiago Trigueros en su página de Facebook “Fans de princes Danita”. En ese espacio, que cuenta con 1180 seguidores, la niña de nueve años documenta su día a día desde que recibió un diagnóstico positivo de leucemia.
Alejandra, su madre, recuerda que hace algunos meses la pequeña comenzó con dolores agudos en la espalda y luego en el estómago. Esos síntomas antecedieron a la inflamación de un ganglio y a la alarma de la familia.
Por ello, Danna fue sometida a varios procesos médicos, hasta que finalmente arrojaron el diagnóstico con el que comenzó una lucha para defender su vida de un enfermedad que en Oaxaca es causante del 50% de muertes de niños que padecen cáncer, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Cuando alguien le pregunta, Danna asegura que el estofado, los gusanos de maguey y los chapulines son sus comidas favoritas.
Aunque a Danna le gusta ir a la escuela, tras el diagnóstico, el cuarto grado de primaria debe esperar, pues hay que cumplir con la quimioterapia en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Danna afirma que, a pesar de visitar continuamente el hospital, lleva una vida normal; dice que dedica gran parte de su tiempo libre a pintar mándalas.
Sus experiencias en el hospital le permiten afrontar la leucemia con madurez, tanto que los procedimientos que vive al menos una vez por semana son cada vez más simples. “Llegas, te ponen tu quimio y te vas”, señala. En el hospital, en el cuarto “sigamos aprendiendo”, recibe clases durante sus visitas.
“Ir al hospital es una situación de experiencias que a veces pueden traumarte”, señala, pues ahí ha conocido niños que tienen padecimientos crónicos o enfermedades que les impiden jugar y disfrutar de su infancia. Pero a ella, la experiencia la fortalece tanto que mientras asiste a sesiones de quimioterapia sueña con ser maestra o actriz, pues reconoce que se siente muy cómoda ante las cámaras.
A pesar de ello, Danna sabe, pues se lo han dicho los médicos, que el tratamiento para sanar de cáncer en la sangre dura hasta tres años. Los cuidados, seguir las indicaciones de los médicos y la evolución de cada organismo ante los medicamentos podrían acortar el proceso a dos años o hasta uno, pero para ella, el tiempo pasa rápido.
Después de sus primeras quimioterapias perdió su cabello. Ahora, con nuevo cabello naciendo en su cabeza, confiesa que la peluca oncológica que le regalaron a través de una asociación no le gusta; mientras tanto, en el celular de su mamá busca alternativas modernas para usar el cabello corto y a colores, pues ese es su nuevo estilo, afirma la niña.
Pero nada de eso le molesta, lo que no le gusta son los pinchazos. “Lo que no me gusta es que me pican, la quimio no duele, duele cuando te pican. Si tus venas no son fuertes, la quimio pasa y te quema las venas”, dice mientras muestra las marcas que las agujas han dejado en manos y brazos.
Diario de vida. Por iniciativa de su maestra, Danna abrió una página de Facebook, en donde comparte con la comunidad su día a día y sube fotos de los lugares a donde va, como su reciente visita al estadio Eduardo Vasconcelos, donde conoció y saludó a los integrantes del equipo de béisbol Guerreros de Oaxaca, con quienes además se tomó algunas fotografías.
Entre las experiencias que cuenta a sus seguidores, se encuentra la del 29 de abril, cuando fue elegida para ser soldado por un día y participó con elementos del Ejército Mexicano en un homenaje a la bandera, portando uniforme y siguiendo todos los protocolos.
Para ella, sus experiencias demuestran que una enfermedad no es suficiente si se tienen ganas de vivir o sueños por perseguir, y mientras continúa su tratamiento, sueña con convertirse en actriz, maestra, veterinaria o periodista, pues tiene muchas habilidades que le gustaría perfeccionar.
Danna se encuentra actualmente en etapa de remisión, es decir, la desaparición parcial de signos y síntomas de cáncer, y pese a que a sus nueve años es consciente de que los síntomas pueden reaparecer, sostiene que “nada es imposible para Dios”.