Los “diablos” andan sueltos, en Tilcajete, Oaxaca

Sociedad 13/02/2018 19:16 Christian Jiménez San Martín Tilcajete, Oaxaca Actualizada 09:50

El ritual inicia muy temprano en el martes previo a cada Miércoles de Ceniza

Foto: Edwin Hernández /EL UNIVERSAL

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Foto: Edwin Hernández /EL UNIVERSAL

Foto: Edwin Hernández /EL UNIVERSAL

Foto: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL

Foto: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL

Foto: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL

Foto: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL

Foto: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL

Foto: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL

En la llamada "Cuna del alebrije", los sonidos de cencerros atados a las caderas de hombres con el torso desnudo y la piel cubierta con aceite, anuncian la fiesta. Y este martes con un ingrediente adicional, la presencia de la cantante Lila Downs.

En víspera del recogimiento espiritual en la tradición católica, llegó el día de carnaval y con ello, la oportunidad de maravillar a propios y extraños con una boda tradicional, personificada por los mismos hombres que año con año eligen ser los "diablos" que orgullosos, portan máscaras artesanales que preparan con meses de antelación.

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El ritual inicia muy temprano en el martes previo a cada Miércoles de Ceniza. Nadie sabe exactamente cuándo fue que los “diablos” empezaron a cobrar vida entre el polvo y el asfalto de las calles donde familias de artesanos transforman el copal en animales fantásticos, parte del patrimonio artesanal oaxaqueño.

Este año, el municipio hizo la invitación a los "diablos" de echar mano de su creatividad y habilidad artística para inventar máscaras de palo de copal, lo mismo que cuernos y accesorios, para recuperar la identidad del pueblo y promover las artesanías de la localidad.

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Para reconocer el esfuerzo de los artesanos, en esta ocasión, el ayuntamiento prepara un premio sorpresa para el diablo mejor disfrazado.

Los más pequeños, que también quisieron descamisarse y pintar su cuerpo, eligieron pintar su rostro para recrear los personajes en que imaginaron convertirse; con rasgos de la muerte y de demonios, recorren las calles uniéndose a la peculiar algarabía.

Añeja tradición

Osvaldo Aguilar tiene 35 años y desde los cinco decidió unirse a la festividad en la que participaban sus padres y sus abuelos, quienes recordaban que desde niños, también se vistieron en “diablos” para recorrer el pueblo.

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Gael Sandoval, de 10 años, lleva la mitad de su vida compartiendo la tradición de su comunidad y como él, sus amigos de la escuela y vecinos, olvidan la rutina de la comunidad para pedirles a otros hombres mayores que ellos, que los ayuden a pintar su cuerpo con polvos de colores -principalmente negro- y aceite de cocina.

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Quienes participan en el carnaval, señalan que algunas personas consideran que el teñir la piel es dañino para el cuerpo, por eso se han buscado alternativas no toxicas para preservar la tradición que año con año atrae a miles de espectadores.

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La boda

Algunos hombres de Tilcajete deciden vestirse de mujeres y acompañar a los “diablos” al festejo. Se trata de una boda que, primero se lleva a cabo "por lo civil" en la explanada municipal del pueblo.

En el recorrido también participan mujeres que ayudan a sus esposos, hijos o hermanos a completar su atuendo femenino y otras, se visten de hombres para escoltarlos durante la fiesta.

Los recorridos se amenizan con música de banda y cohetes que resuenan en el cielo azulado que enmarca las fiestas populares de la comunidad. A la fiesta se unió la oaxaqueño-norteamericana Lila Downs, quien con vestimenta tradicional de los Valles Centrales, se une a la fiesta y al baile.

Antes, los “diablos” que acompañan al novio, acuden a traer a la novia --personificada por un hombre vestido de mujer-- a su casa para que la unión se lleve a cabo. La fiesta se realiza en la casa del edil en turno, donde además de mezcal y tepache, se prepara comida tradicional -mole, arroz, estofado, tortillas, entre otros platillos- para todos los invitados.

La fiesta dura prácticamente todo el día, pues con ello se despiden a los “demonios”, para dar paso al inicio de la Cuaresma.

 

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