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El primer impulso al llegar es aguantar la respiración. Uno, dos, tres, cuatro; finalmente el aire de los pulmones se termina y hay que respirar. El  intenso olor de descomposición penetra con fuerza en la nariz.

Cerca de ese lugar, hombres y mujeres pepenan entre 750 toneladas de basura que  parecen no poder contenerse. Y entre esas mismas montañas que se pudren ante el  sol, adolescentes intentan esquivar la violencia y la discriminación.

Lo hacen empuñando una cámara para mostrar lo que se vive en este mundo en descomposición que existe en las cercanías del basurero municipal de Villa de Zaachila.

La historia de cómo estos jóvenes comenzaron a capturar la realidad de su entorno inició en 2009, cuando la organización Solidaridad Internacional Kanda A.C. (SiKanda) desarrolló iniciativas para que las familias de la zona tengan mejores oportunidades de vida.

 A ocho años de llegar a la comunidad, la asociación ha lanzado el proyecto “Imaginando mi basura”, una selección de 30 fotografías que una veintena de adolescentes, de entre 14 y 16 años, obtuvieron al registrar en imágenes su día a día para visibilizar que el problema de la basura los afecta, margina y limita.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la coordinadora de difusión de Sikanda, Bárbara Lazcano, comenta que cuando llegaron a la agencia Vicente Guerrero, uno de los primeros programas que se impulsaron fue la lombricomposta, que se hace en los huertos con desechos orgánicos para promover la autosuficiencia alimentaria.

Aunque Sikanda sigue impulsando temas como el reciclaje inclusivo, la soberanía alimentaria y la inclusión social, actualmente los proyectos se enfocan en actividades para adolescentes, por lo que colabora con seis escuelas de los alrededores del basurero: cuatro primarias y dos secundarias; entre ambos se suma un total de 650 menores  que cursan la educación básica: 300  están en la primaria y el resto, en la secundaria.

Cada ciclo escolar Sikanda impulsa talleres de fotografía. Lazcano explica que cada año al menos  una veintena de jóvenes de la zona se capacita en temas como equidad de género, violencia, habilidades para la vida y talleres extra escolares como fotografía; esto, con el fin  de enseñarles oficios y con ello   evitar que lleguen a caer en  las adicciones.

La colección de imágenes se expone año con año en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, pero este 2017 también se exhibió en la conmemoración del Año Dual Alemania-México y  en la Casa de la Cultura.

“Durante años hemos constatado la discriminación que padecen las familias de la zona por la presencia del basurero; sin embargo, a raíz de los hechos recientes (el desalojo del Frente Popular 14 de Junio), dicha estigmatización se ha incrementado dando pie a fenómenos de criminalización que no distinguen entre víctimas y victimarios”, afirma la coordinadora. 

Respecto  al tema, Lazcano insiste que el “problema de la basura” y los conflictos que se tejen en torno a ésta no son responsabilidad de quienes no tienen otra opción más que habitar los alrededores, debido a que compete tanto a las autoridades como  a los ciudadanos dar el tratamiento y el destino final apropiado a los desechos.