Los perros y los gatos olvidados que dejó el temblor
Miles de personas lo perdieron todo en la zona del Istmo de Tehuantepec tras el sismo que azotó la región el 7 de septiembre, sin embargo, no fueron los únicos damnificados. Cientos de animales también son víctimas de la destrucción y necesitan tu ayuda
Chester es un pequeño cachorro de siete meses, café con blanco, de ojos grandes y orejón que Ana López rescató. Deambulaba hambriento, asustado, lleno de polvo y con una pata fracturada.
Ella lo rescató en Juchitán dos días después del sismo que golpeó esta zona de Oaxaca. Sabe que se llama Chester porque lleva su nombre colgado en una placa azul metálica que no tiene ningún dato más.
“No sé lo que pasó, si la familia lo abandonó, si está perdido, no sé nada, pero no lo puedo dejar. Yo vivo en Salina Cruz y vine a llevarme a mi tía ya que Juchitán no es seguro. Pregunté a los vecinos si sabían de quién era, nadie lo conoce”, cuenta.
Chester tuvo suerte, tendrá alimento, un hogar y recibirá atención médica. Pero en Juchitán y otras zonas de Oaxaca el sismo de 8.2 grados provocó que algunas familias perdieran a sus mascotas, que murieran bajo los escombros.
También hay perros que deambulan entre el cascajo de las viviendas desplomadas en busca de comida y agua. Algunos son callejeros, otros fueron abandonados por sus dueños, otros es posible que huyeran temerosos por el sismo y se perdieran, dice Edgar Hernández Olvera, miembro de la asociación Topos México K-9 A.C.
En entrevista, cuenta que hay muchos perritos temerosos, y lo peor es que mucha gente se aprovecha de ellos y los maltrata, los echan de los refugios, los golpean.
Su labor como voluntario rescatista es coordinar dos refugios temporales para las personas damnificadas, y organizar las brigadas de auxilio para animales en situación de calle y de compañía.
El panorama no mejora mucho en las calles de Juchitán, dice. Ha habido replicas, la gente tiene miedo, no saben cómo reaccionar ante la situación.
“Hemos hechos varios recorridos y vemos que hay personas que están en riesgo y no quieren abandonar sus casas por miedo a la rapiña”, comenta.
En esos recorridos también han visto varios casos de perros abandonados, amarrados en las viviendas y con mucha hambre, “hay vecinos que les dan de comer lo poco que tienen, pero el alimento ya es escaso”.
Aunque también hay gente que no se olvidó de ellos. Por ejemplo la familia Martínez tuvo que abandonar su casa, las autoridades les dijeron que las grietas de su hogar eran peligrosas, y con dos hijos, uno de ocho y otro de seis años, no podían arriesgarse.
El viernes por la mañana se fueron de Juchitán tras buscar durante toda la madrugada a Max, un perrito negro mestizo que vive con ellos desde hace seis años, pero no lo encontraron. Sin embargo, Rodolfo, el padre de los niños regresó al día siguiente a buscarlo: Max estaba ahí, echado enfrente de su casa.
Muchos perritos duermen en los escombros que un día fue su hogar.
El equipo de Hernández Olvera hace rondines por la noche, pues como los gatos son más nocturnos y sigilosos buscan si alguno está lastimado; les dejan alimento y agua. Aquellos gatitos que se acercan y son más sociables se los llevan a los albergues en donde los niños y adultos les hablan y los acarician.
Como voluntario los días son complicados, duermen poco en un campamento que montaron frente al Palacio Municipal de Juchitán. Están atentos a cualquier ruido que pueda indicar un derrumbe. Hace mucho calor y hace falta agua potable.
En uno de sus albergues hay 65 personas, entre ellos 12 niños y ocho adultos mayores, varios de ellos diabéticos e hipertensos. En el segundo albergue hay 62 personas, en ese grupo hay 16 niños y nueve adultos.
“Juchitán está devastado, no solo físicamente, también anímicamente, le va a costar, pero ya intenta ponerse de pie”, asegura el miembro de Brigadas de Rescate Topos K9.
Adopciones
La dirigente del grupo “Ayuda Canina de Oaxaca”, Idalis Bautista, lamentó el desinterés de las autoridades locales y federales para apoyar a “los hermanos de cuatro patas” como los llama.
Ella tiene 20 años como activista y siempre intenta ayudar a los animales en situación de riesgo tras un fenómeno natural. Recientemente llevó apoyo al Istmo de Tehuantepec, zona dañada por lo remanentes del huracán Katia y por el sismo.
Cuenta que tras la intensa lluvia una vivienda se inundó, la familia se fue a un albergue y sólo se llevó a uno de sus perros, el de raza, un french poodle. Pero dejaron abandonado a un mestizo de seis meses.
Idalis hace una llamado a las personas que quieran adoptar a alguno de los gatos o perros abandonados a que lo hagan. “Nos falta mucha cultura, valorar a nuestros animales de compañía, y ahora muchos requieren un hogar de gente que sea responsable”.
Hasta el momento no hay un número oficial de animales que perdieron la vida durante el sismo, coinciden diversas organizaciones y activistas independientes, quienes se han unido para viajar a la zona del desastre y apoyar a “los otros sobrevivientes”.
Algunos de los grupos que están apoyando son:
- Rescatando a los Peludos de Terminal Maritima
- Fundación Tomy
- Ayuda Canina de Oaxaca
- Rescate Topos México K-9 A.C.
- Operación Bendición México
- Ayudemos a México
- Ayudar ES
- Adopta a un amigo
- Huellas de ayuda Oaxaca, entre otros.
La gente interesada en hacer donaciones o adoptar a alguno de los rescatados se puede poner en contacto con ellos a través de sus redes sociales
¿Qué se necesita?
- Alimento seco para adultos y cachorros
- Alimento húmedo para adultos y cachorros
- Ivermectina inyectable
- Pipetas para pulgas
- Guantes
- Cubrebocas
- Jeringas
- Cobijas en buen estado
- Collares y shampoo antipulgas
- Desparasitantes