Tenor oaxaqueño cautiva Egipto

Jeser Gatica se presentó en El Cairo Opera House, invitado por la Embajada de México

Sociedad 15/10/2019 02:00 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 14:07

Aunque nació en la ciudad de Oaxaca, para el tenor Jeser Gatica, sus raíces están clavadas en la región Cañada, lugar donde, con la guía y ejemplo de sus abuelos, aprendió a sentirse orgulloso de su origen. El brío por su tierra lo llevó a convertirse en el primer tenor oaxaqueño en brindar un concierto en El Cairo Opera House, en Egipto.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el talentoso intérprete de 27 años señala que el camino hacia los escenarios internacionales no ha sido sencillo. Desde muy pequeño, descubrió su afinidad por el campo y pudo ver en sí mismo un oído especial.

“Me ponía a cantar... aunque no tenía idea cómo hacerlo. Tenía siete años y, en ese entonces, no sabía que iba a ser músico”, comenta. La decisión de dedicarse a la música la tomó cuando tenía 14 años,  aunque no contaba con el apoyo de su familia.

Luego de haber cursado bachillerato en Artes con la intención de aprender música, aún sin la aprobación de sus padres, Jeser comenzó su formación musical a los 15 años. 

Fue en tercer semestre cuando una compañera le prestó un disco de ópera y en ese, su primer contacto con el género, quedó prendado de las melodías de la Ópera de Fausto.


Talento sorpresivo

Aún sin descubrir su talento, comenzó a tomar clases de música y a los 17 años, abandonó la escuela para estudiar en la Ciudad de México. El siguiente paso fue audicionar para la carrera en Canto.

“No me aceptaron porque no tenía la preparación necesaria para iniciar en la Escuela Superior de Música”, recuerda, pero fue hasta el tercer intento, luego de aprender solfeo y canto, que finalmente fue admitido en la escuela de música Ollín Yoliztli, donde muchos de los alumnos son originarios de comunidades oaxaqueñas.

Ahí,  el intérprete descubrió que era poseedor de una tesitura de tenor e ingresó a la escuela que sólo admite a 10 alumnos por año.

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Enfrentarse a la soledad y el  estar lejos de la familia fue un factor que dificultó su proceso de adaptación. Mientras descubría su talento, Jeser trabajó como mesero, empleado de mostrador, cuidador de ancianos y limpiando casas para poder subsistir en la ciudad.

A pesar de los sacrificios, tres años después,  la academia no fue lo esperado para él, pues limitaba sus posibilidades de probar su talento en escenarios y audiciones. “Pensaba que me iba a titular hasta los 28 años y aún así, eso no me garantizaba entrar a una casa de ópera y tener un puesto... eso me motivó a abandonar la escuela y buscar por mi cuenta”, relata.

Con el objetivo de buscar oportunidades en el “mundo real”, Jeser se aventuró a probar en diferentes escenarios, cobijado por su talento. 

Desde entonces, se ha presentado en los principales escenarios del país, incluyendo el Teatro Macedonio Alcalá. A pesar de que sabe que “nadie es profeta en su tierra”, sus presentaciones le han hecho ganar seguidores en Oaxaca.

“Siempre que me acerco a públicos de personas que no son muy afines a la ópera, trato de llevarles la música mexicana, pero de concierto, que es música más conocida, que llega al público a través de cantantes más populares”, señala sobre la aproximación del público al género.


Escenarios internacionales

El pasado septiembre, fue invitado por parte de la Embajada de México en Egipto, en el marco de las fiestas patrias,  a presentarse en el Cairo Opera House y en la residencia de la Embajada de México en Egipto, como cantante acompañado del Ensamble Alma de Cuerdas, para lo que prepararon un repertorio de música oaxaqueña de autores como Álvaro Carrillo y José López Alavez.

“Siento que a la gente le gusta mi voz porque en varias ocasiones les he visto llorar cuando canto. Desde que inicié ha llamado la atención mi color de voz, pues se dice que los mexicanos tenemos un color de voz que llama la atención en el extranjero...  me han dicho que se parece a los colores de intérpretes como Jorge Negrete”, platica.

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Debido a que la invitación se dio un mes antes, Jeser tuvo poco tiempo para buscar ropa tradicional, por lo que recibió apoyo de comerciantes del mercado de artesanías, quienes le prestaron prendas de Tlahuitoltepec y  del Istmo de Tehuantepec. La vestimenta conquistó a los espectadores, que incluso le  pedían fotografías.

“Para mí es importante seguir difundiendo a Oaxaca en el mundo. Sin duda, ser oaxaqueño te abre puertas... y hay que apropiarnos con mucho orgullo”, sentencia. En próximas fechas se presentará en Boston, Estados Unidos,  y Japón.

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