Universidades del Suneo despiden a docentes críticos: a Luis lo corrieron por mandar una carta a AMLO
Antes de la denuncia de la profesora de la Unistmo, dos trabajadores de la Universidad del Papaloapan fueron despedidos tras escribir al Presidente, y acusar presuntas anomalías y actos de corrupción
Juchitán.— Exactamente 100 días después de haber enviado una carta de 10 hojas al presidente Andrés Manuel López Obrador, en la que detallaban presuntas anomalías en la Universidad del Papaloapan (UNPA), campus Loma Bonita, perteneciente al Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca (Suneo), dos trabajadores de la institución fueron despedidos bajo el argumento de haber cometido injurias, alterado la disciplina y criticado a la universidad.
Fue el 13 de agosto de 2019 cuando cinco trabajadores y extrabajadores de la UNPA se dirigieron al Presidente, como una forma de denunciar presuntos actos de corrupción al interior de la universidad y del Suneo; tres meses después, el 27 de noviembre, los dos empleados activos fueron despedidos ante la molestía que causó su denuncia al Consejo Académico.
El enojo no sólo lo desató la carta; además, Luis Guerrero Cabrera, profesor investigador asociado B, y Florentino Cuevas González, chofer B, los trabajadores despedidos, presentaron una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Materia de Combate a la Corrupción de Oaxaca, lo que la institución consideró como un ataque a las autoridades universitarias.
Según el documento de despido de los trabajadores, en poder de EL UNIVERSAL, que emite la Universidad del Papalopan y firma Rubén Jiménez Cervantes como apoderado legal, los integrantes del Consejo Académico de la universidad consideraron que los actos de sus trabajadores tenían la franca intención “de dañar la imagen y perjudicar la reputación de los órganos de gobierno”, al rector, vicerrectores y al abogado general de la universidad.
Lo anterior dado que, a su juicio, la carta también buscaba “críticar el sistema educativo de la universidad, con plena conciencia de ofender, dañar la imagen y la reputación”, lo que el Consejo Acacémico consideró como una falta grave “que puede traer como consecuencia la alteración de la disciplina del lugar”, cita el oficio, que específicamente señala que el despido se debe a que el académico cometió “injurias y actos de amago” contra el rector, los vicerrectores y el abogado general.
No sólo eso, el consejo también determinó que era inútil escuchar la defensa de los empleados, pese a que se estipula en su propia normativa, pues consideró que la firma de la carta era suficiente.
La carta
Por 12 años, Luis Guerrero Cabrera se desempeñó en la UNPA como profesor investigador. Durante ese tiempo, explica, detectó una serie de acciones que él califica como “uso ilícito de funciones, manejo irregular de recursos, nepotismo y tráfico de influencias” de parte del abogado general de la universidad, Luis Kirsten Flores Hernández; los vicerrectores administrativo y académico, Rubén Jiménez y Héctor López Arjona, respectivamente, y el rector del Suneo, Modesto Seara Vázquez.
Esa denuncia fue la que envió al Presidente junto con el chofer Florentino Cuevas, los extrabajadores Bertín Maurillo Joaquín, Marco Antonio Robles Francia y Marco Antonio Rodríguez Gutiérrez.
No era la primera vez que exponían su descontento sobre cómo se manejaban los recursos públicos, las horas-clase y el desempeño moral de los directivos y profesores afines a ellos. El 24 de abril de 2017 lo hicieron ante el Congreso de Oaxaca, pero sólo obtuvieron silencio.
Fue por ello que dos años después lo hicieron ante el Presidente de la República, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Fiscalía Anticorrupción.
“Ellos siempre operan como una mafia, como un cártel que se defiende entre ellos y opera en total impunidad y si alguien, ya sea investigador, trabajador o estudiante, los critica o los denuncia, como pasó con nosotros en la UNPA Loma Bonita, y como ahora pasa con las maestras Virginia y Monserrat de la Unistmo campus Ixtepec, inmediatamente los directivos amenazan con despidos o expulsiones”, expone en la académico en entrevista.
Las docentes de la Unistmo a las que se refiere Luis son la profesoras Virginia Ilescas y Monserrat Sánchez, quienes han denunciado violencia de parte de las autoridades de la institución tras acompañar a alumnas que denunciaron hostigamiento sexual de parte de profesores.
Tras acusar en documentos oficiales que se trataba de una campaña en contra de la universidad, que también pertenece al Suneo, orquestada por fines personales, finalmente la Unistmo despidió a Virginia. El argumento fue que daba clases en otra escuela en su tiempo libre, sin notificarlo.
Luis Guerrero, el exdocente de la UNPA, señala que, encontraste, a aquellos que cometen faltas graves como el acoso u hostigamiento sexual a alumnas, “los protegen y solapan, hasta los premian con la recategorización o con algún cargo de dirección”.
Es por ello que señala que, desde su punto de vista, el Suneo coarta la libertad de expresión, no respeta los derechos humanos ni laborales de los trabajadores ni de los mismos alumnos, ya que si alguien se manifiesta en contra de sus arbitrariedades, se les acosa y amenaza.
“Ellos violan gravemente la Ley Federal del Trabajo, donde queda prohibido a los patrones o representantes ejecutar cualquier acto que restrinja a los trabajadores los derechos que les otorgan las leyes, y se explica que queda prohibido realizar actos de hostigamiento en el centro de trabajo, como lo hicieron con nosotros y siguen haciéndolo porque nadie los castiga y viven en la impunidad”, enfatiza.
La respuesta
Ha pasado poco más de un año desde que Luis Guerrero Cabrera y Florentino Cabrera fueron despedidos de la UNPA por la carta enviada al Presidente. Pese a ese tiempo, el catedrático lamenta que no se ha logrado respuesta alguna de sus denuncias. Primero porque la primera respuesta que les dio el gobierno federal, a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP), fue turnar el caso a la propia universidad para que lo resolviera de forma interna.
Tras esta primera determinación, y luego de que los afectados protestaron, la denuncia se turnó a la Secretaría de Contraloría y Transparencia Gubernamental de Oaxaca, instancia donde se localiza desde hace un año; mientras que la queja por su despido se encuentra en la Defensoría, junto con tras ocho interpuestas por cuestiones laborales contra el SUNEO: dos por despido injustificado; dos por acoso laboral de directivos; dos más por el mismo motivo pero por razones de género y una por discriminación.
EL UNIVERSAL intentó contactar con la UNPA y el SUNEO, pero al cierre de la edición no se obtuvo respuesta.