“Sé que no puedo ayudar a todos, he visto a mis alumnos otra vez en la calle, metidos en las drogas, y les da como vergüenza verme, pero sé que trato de hacer lo mejor, ir de poquito en poquito”, son las palabras de Mario Pérez Cortés, un orfebre que busca ayudar a su comunidad a través del deporte.

Mario creció en la agencia de San Martín Mexicápam, perteneciente a la capital de Oaxaca, y sabe que ésta es una zona considerada como “foco rojo”, debido a la delincuencia que impera en las calles.

Por esa razón, quiso hacer de su segunda pasión, el fútbol, la vía para ayudar a que los niños y jóvenes de San Martín no caigan en vicios que sean nocivos para su salud.

Surge el sueño

Una cancha de tierra que, aunque está en pésimas condiciones, es el espacio que Mario ocupa para alentar a niños y niñas a practicar el fútbol como una actividad recreativa, al mismo tiempo que sirve como aliciente para su desarrollo social.

Hace siete años, Mario y unos amigos crearon “San Martín Mexicápam Fútbol Club”, una asociación que, aunque siga en proceso de ser constituida como tal, ha ayudado a los niños de la zona evitar “caer en malos pasos”.

Amigos solidarios

Mario reconoce que su labor es complicada, especialmente cuando no se cuenta con el apoyo de las autoridades municipales para ofrecerles mejores condiciones de desarrollo a los jóvenes de San Martín.

Sin embargo, el orfebre destaca el apoyo que sus amigos le han brindado para que su asociación permanezca hoy en día; tal es el caso de Carlos del Valle, quien es patrocinador del equipo femenil de fútbol con su tequila “Victoria y Honor”.

Acceso a la educación

Otro de los beneficios que Mario busca con su equipo de fútbol, es darle a los jóvenes la oportunidad de obtener becas deportivas que les permitan continuar con sus estudios, y así aspirar a un futuro con mayores oportunidades.

“Tenemos chicos en el Instituto Cumbres, en el Federico”, señala Mario, así como reconoce la labor solidaria de la comunidad; “otros niños le regalaron unos tenis a un niño y él se puso muy feliz cuando vio los zapatos que le dieron”, y acepta que son ese tipo de actos los que lo invitan a seguir con su labor.

Aun así, expone que su trabajo sería mejor si contara con el apoyo de las autoridades, especialmente para mejorar la única cancha de fútbol que hay en San Martín, ya que es el espacio que utilizan para los entrenamientos y es de los pocos lugares recreativos en la zona.

Por eso, Mario confía que más adelante más personas se unan a su labor, ya sea apoyando a los jóvenes con su educación o a la fundación formando parte del patrocinio del equipo.

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