La señora Rosa, habitante de Santa María Xadani, municipio del Istmo de Tehuantepec, perdió su casa, a su esposo de 32 años de edad y a su hija de nueve, mientras que a su hijo Orlando lo sacaron de los escombros. Ellos dos fueron los únicos sobrevivientes de la tragedia del 7 de septiembre.>>
A ambos, los miembros de la Alianza Cristiana y Misionera de México (ACyM), los conocieron en su recorrido por las comunidades afectadas por el sismo de 8.2 en escala de Richter que sacudió a Oaxaca y fue apoyada con asistentica médica y despensas que esa Asociación Religiosa envió a los municipios siniestrados.>>
El pastor evangélico Arturo Velasco, quien coordina la brigada de ayuda, detalló que los acompañan médicos alemanes, traductores y voluntarios que colaboran también en los trabajos de levantamiento de escombros, que junto con la alimentación y la salud constituyen las tres grandes prioridades en estos momentos.>>
Especificó que al día se ofrecen alrededor de 50 consultas gratuitas, en su mayoría son niñas, niños y adultos mayores los convalecientes, pues dormir en las calles afecta gravemente su sistema inmunológico. Ellos llegaron al Istmo desde el pasado 13 de septiembre.>>
Por su parte el pastor de La Ventosa, Juchitán, Rubén Luna, contó que también miembros de la ACyM de Reynosa, Tamaulipas y de la capital de Oaxaca, reunieron 41 toneladas de víveres que han sido transportados vía aérea y terrestre y repartidos en varias localidades.>>
“Hemos entregado alrededor de mil despensas y parecía mucho al principio, pero en lo poco que hemos podido abarcar, vemos que es insuficiente, la necesidad es inmensa, hacen falta más comida, medicinas, cobijas, colchonetas, trastes y manos que ayuden”, indicó el ministro religioso.
Para este grupo de personas ayudar al prójimo es lo más importante. “En la Biblia dice que amemos a nuestros semejantes como a nosotros mismos, eso es lo que estamos haciendo aquí, ayudamos a estas personas a encontrar paz en medio de la adversidad”.
La Alianza Cristiana y Misionera es una Asociación Religiosa con número de registro 83/93 ante la Secretaría de Gobernación y tiene entre sus fines, además de enseñar a los hombres a acercarse a Dios, una profunda vocación social para atender las necesidades de sus semejantes sin considerar credo, etnia o posición social.