Posteriormente, de 1960 a 1965, se trasladó a París, Francia, donde desarrolló las técnicas de grabado, conoció museos, galerías, artistas y escritores que lo introdujeron en la cultura universal.
Por esos años, Toledo llevó a cabo varias exposiciones en Francia, Inglaterra, Suiza, y Alemania. Ha indagado en todas las técnicas artísticas como la escultura, grabado, cerámica, tapicería y trabajo artesanal, e integrado una variedad de elementos y formas que expresan un amplio bagaje cultural, pero ante todo muestran su realidad.
En los temas de sus obras incorpora, de manera compleja, animales, figuras humanas y objetos que son parte de la cultura zapoteca y de su propia infancia. A su regreso a México decidió radicar en su pueblo natal, donde además de trabajar pintura, litografía, grabado cerámica y escultura, colaboró con los artesanos de Teotitlán de Valle, al crearles diseños para sus tapices.
En 1964 hizo las carpetas de grabados "Toledo chilam balam" y "Toledo Sahagún" , y en ese mismo año se llevó a cabo una gran retrospectiva de su obras gráfica, que presentó en México y Nueva York. También en la "Urbe de Hierro" tuvo Toledo una estancia, que continuó después en París y Barcelona, España, para establecerse finalmente en Oaxaca en 1989.
Para entonces había emprendido diversos proyectos culturales, entre otros la revista "Guchach Reza" (iguana rajada) , de difusión de la cultura zapoteca y la creación de la Casa de la Cultura, en Juchitán.
También emprendió Ediciones Toledo que publicó a notables autores literarios, obras de interés históricobibliográfico, textos de carácter político y libros de fotografía. Su fama internacional le ha permitido exponer en América y Europa, ha apoyado a la Coalición Obrera, Campesina y Estudiantil del Istmo y promovió la fundación del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (1988), para el cual donó buena parte de su colección de libros y grabados que fueron la base del acervo.
Además, colaboró en la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (1992) , en la restauración del Ex Convento de Santo Domingo e impulsó el establecimiento de una biblioteca para invidentes y del Centro Fotográfico Manuel Alvarez Bravo, ambos en 1996.
En sus obras, entre las que sobresale Aguafuerte: dos platos, el artista representa mitos, leyendas, recuerdos y metáforas que provienen en parte de un bagaje cultural local, pero que expresan, ante todo, la realidad del artista y sus raíces.
Uno de los pocos murales que ha realizado es La cangrejera (1995) en el Club de Industriales de la Ciudad de México. Durante 1992 efectuó exposiciones en México, Estados Unidos y España, una de las cuales fue una importante retrospectiva.
Participó en la Bienal de Venecia y presentó un grupo de esculturas en 1997, año en que también exhibió la serie de dibujos Insectario, que viajó de Oaxaca a Nueva York y a Santiago de Chile. Otra exposición itinerante, Zoología fantástica culminó su periodo en 2000, luego de haber estado en Japón, México, Estados Unidos, Brasil, Ecuador, Venezuela, Colombia, Francia y España.
Asimismo, la Galería de Arte Whitechapel de Londres y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid, llevaron a cabo ese año una exhibición de sus óleos, gouaches, acuarelas, frescos, mixografías, grabados y esculturas. Si bien el artista ha vivido por temporadas en el extranjero, la cultura externa enriquece su temática, en lugar de alejarlo de la cultura natal.
En su obra logra integrar un lenguaje de elementos específicos y locales con técnicas y formas del arte universal contemporáneo; su talento reside precisamente en fundir todos esos mundos. Francisco Toledo no pertenece a un movimiento artístico pero se le asocia con aquella generación surgida en México en 1950, que rompió en definitiva con el nacionalismo en la pintura.
akc