Violencia obstétrica: malos tratos y crueldad que se ensañan con mujeres indígenas

Deficientes servicios de salud, prácticas médicas innecesarias y hasta tratos denigrantes que se agravan con mujeres de pueblos originarios, al amparo del silencio

Violencia obstétrica: crueldad silenciada que se ensaña con mujeres indígenas
Foto: Edwin Hernández
Sociedad 18/11/2020 13:11 Christian Jiménez Oaxaca Actualizada 10:49

Oaxaca de Juárez.— Después de cumplir 30 años, Irma estaba lista para dar a luz al tercero de sus hijos. Margarito, su esposo, se dedica al campo y ella al hogar. Ante la imposibilidad de pagar una clínica particular para atender el parto, debido a sus bajos ingresos, la pareja acudió al centro de salud de Jalapa de Díaz, en la Cuenca del Papaloapan, cuando ella estaba en la semana 36 de gestación.

Ya en la clínica, Irma le dijo a una enfermera que sentía molestias y dolores. Le midieron la presión e indicaron que saliera a caminar porque todavía faltaba para que naciera su bebé. Tras unos momentos, la mujer sintió que se le rompió la fuente y poco después nació su hijo en el patio del hospital, sin asistencia alguna. 

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El caso de Irma, sucedido en enero de 2014, fue documentado  por el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), cuyos datos señalan que en Oaxaca 26.1% de embarazadas sufrieron violencia obstétrica; es decir, casi tres de cada 10. Sin embargo, se trata de un dato relativo pues muchas no denuncian, y por ello se le considera como una agresión silenciada. 

Angélica Ayala, presidenta del Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos (GES Mujer), dice que el  problema de la violencia obstétrica es que se ejerce durante el embarazo, parto,  puerperio y aborto, cuando la mujer se encuentra más vulnerable. Se relaciona con la discriminación por razón de género y en Oaxaca se agrava por condición de pertenencia a pueblos originarios. 

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Foto: Archivo EL UNIVERSAL

“[Se da cuando] las mujeres son sometidas a crueldad y malos tratos por parte de personal de salud y tiene consecuencias a nivel físico y emocional, desde ser sometidas a dolorosas prácticas innecesarias hasta dejarlas  dar a luz en  baños o patios, poniendo en riesgo su vida o la del bebé; también se extiende al ser amenazadas de no ser atendidas en el futuro”.

En el caso de las mujeres indígenas, agrega Ayala Ortiz,  no se respeta su lengua ni a sus prácticas culturales, como la  alimentación o posición durante el parto, lo que incrementa los niveles de estrés o miedo. 

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Para 2016, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), 90 mil 18  oaxaqueñas,  de entre 15 y 49 años (31.1% de la población), reportaron maltrato en su último parto; de ellas, 61 mil 326  hablaban alguna lengua indígena.

GIRE detalla que sólo de 2012 a 2017, en Oaxaca, se presentaron 17 quejas por violencia obstétrica y cinco por muerte materna. Desde entonces, esta violencia se sigue ejerciendo, pero no se refleja en cifras actualizadas. 

Conductas que se pueden evitar

El caso de Irma se hizo viral en las redes sociales gracias a que alguien captó el momento en el que dio a luz en el patio.  Ante ello, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició una queja de oficio y  GIRE  asumió su representa­ción legal y la acompañó para presentar una ampliación de la queja para señalar que lo ocurrido fue un caso de violencia obstétrica.

El expediente  indica que el día que Irma se convirtió en madre se le vulneraron, a ella y a su hijo, derechos  como la integridad personal y a la salud.

Para GES Mujer, los sistemas de salud públicos enfrentan graves carencias de infraestructura, recursos humanos, materiales y financieros, lo que impacta en una adecuada atención a las mujeres, provocando demoras que las ponen en riesgo de  sufrir secuelas  a largo plazo, o incluso fallecer.  

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Foto: Edwin Hernández

Lo anterior se agrava,  pues a ello se suman conductas y prácticas inhumanas, crueles, que pueden ser evitadas y, por lo tanto, es responsabilidad del Estado hacer cumplir la legislación que establece el derecho de las mujeres a un trato humano y digno durante el proceso reproductivo.

“Las niñas enfrentan mayores riesgos de malos tratos, por razón de edad son cuestionadas y víctimas de sometimiento. También aquellas quienes solicitan un aborto, pues padecen demoras innecesarias, amenazas y procedimientos que atentan contra su dignidad”, dice  Angélica Ayala.

En agosto pasado, integrantes de la 64 Legislatura del Congreso de Oaxaca presentaron una propuesta de reforma a la Ley Estatal de Salud para prevenir, identificar, atender y erradicar la violencia obstétrica, que consiste en adicionar la Fracción VII al Artículo 59, que garantizaría un trato digno durante el embarazo.

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Por el caso de Irma, la CNDH emitió una recomendación en la que determinó que existieron violaciones a los dere­chos humanos de ella y su hijo, atribuibles al gobierno de Oaxaca.

Para ello pidió capacitar en derechos humanos al personal de salud y la reparación del daño, pero GIRE precisa que el  órgano dejó la cuantificación del monto económico a la autoridad responsable,  y lo condicionó al resultado de las investigaciones penal y administrativa. Tampoco especificó las medidas que debían tomarse para evitar que haya más casos como el de Irma.

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