“La flor es muy hermosa, a mí me encantan las flores y sobre todo que nosotros queremos ser una alternativa de algo más para el mirador, queremos ser otra cosa qué visitar en Guelatao, se trata del agroturismo, que la gente se interese en venir y apreciar los girasoles”, platica.
Al llegar aquí, además de disfrutar del campo y conocer más sobre estas flores llamadas cientícamente helianthus annuus, se puede tomar el machete y cortar su propio girasol: cada pieza se vende en 15 pesos.
Cada flor llega a alcanzar dos metros de altura.
En el terreno de Ita hay 9 mil plantas cuyas semillas fueron sembradas en tres periodos a partir de mayo de este año, por lo que en agosto empezaron a florecer más de 3 mil; otras aún están en crecimiento. La visión de la familia es que desde ahora esté permanente la producción de esta planta.
En este campo, aunque no se vendan grandes cantidades de flores, a Ita no le preocupa ni la desanima, porque sus objetivos son principalmente impulsar el turismo y la producción de esta planta para benecio del ecosistema. “Esto es muy emocionante porque las abejas son las más beneficiadas, ojalá todo el mundo pensara en aportar un granito de arena ante todos los problemas de los cambios de temperatura. Nosotros al tener este cultivo recibimos a las abejas que vienen automáticamente, para nosotros esto no es una pérdida, aportamos”, explica.
Para la producción del girasol no se requiere de tanta agua y orece a los dos o tres meses de que se siembra, explica la productora.
Aquí, en este terreno menor a una hectárea, hay una planta cada 20 centímetros de distancia, para así permitir el crecimiento de cada flor. Además, en este espacio se sembró maguey, lenteja y quinoa, y mientras cada uno de estos lleva su proceso de cultivo, los girasoles ya dan vida a esta tierra serrana.
Esta iniciativa familiar refleja el progreso turístico que busca la comunidad, para así brindar a los visitantes otros espacios por recorrer en este municipio, expresa Alejandro Morales, presidente del Comité de Turismo.
“Para que Guelatao siga progresando empezamos con el embellecimiento de la laguna, después el mirador de cristal que es un atractivo que está despuntando y más ahorita que tenemos el campo de girasoles. La gente se va contenta porque ya no sólo viene a la laguna, es algo muy fascinante que está pasando”, comparte.
Aquí cada vez llegan más turistas nacionales, unos 10 al día, principalmente provenientes de Tijuana, Chihuahua, Tamaulipas y de la Ciudad de México, quienes conocen la comunidad en la que nació Juárez y además, pueden disfrutar del campo. “Se va contenta la gente porque dicen que en sus ciudades no pueden ver un campo, el girasol ha sido una alternativa más para el turismo”, agrega.
Así como el campo se ha sumado a los atractivos turísticos y espacios históricos que comparte Guelatao con los turistas, el mirador de cristal recién construido a manos de los pobladores ahora es uno de los lugares que atrae a más visitantes.
Fue construido durante cinco meses en 2018 y fue nalmente inaugurado en enero de este año, desde entonces, en temporada vacacional recibe cerca de 100 personas cada día.
Desde aquí, a 70 metros de altura, se puede apreciar la comunidad y se escucha el sonido del agua del río que pasa. Habitantes y visitantes pueden apreciar tanto el bosque de la sierra como el amarillo de los girasoles.
Fue de agosto a diciembre de 2018, cuando los pobladores construyeron este mirador de cristal por medio del tequio y, pese a la distancia y altura, cada uno subía 10 botes de material de construcción por día. Así lograron edicar este espacio atractivo que se ubica a 800 metros de distancia del centro.
“Fue mucha labor de tequio comunitario, hubo participación de hombres, mujeres, tanto es válido el trabajo de la mujer como el del hombre”, describe Alejandro.
Para esta construcción, el gobierno federal aportó 350 mil pesos a través de la entonces Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI); pero en total tuvo un costo de 550 mil pesos, por lo que el resto fue aportado por el Comité de Turismo.
Hoy este lugar es de los más visitados en este municipio regido por usos y costumbres; con las cooperaciones recaudadas la comunidad busca emprender un turismo sustentable.
Guelatao también comparte su “laguna encantada”, una galería de arte y la réplica de la casa del expresidente Benito Juárez, donde se observa parte de su vida en fotografías recreadas, que muestran del orgullo que tiene la localidad donde nació el Benemérito de las Américas.