Su infancia la vivió tanto en su tierra natal como en Acámbaro, Guanajuato; ingresó al Seminario de Aguascalientes, y después se trasladó al Seminario de la Diócesis de Huejutla, en el estado de Hidalgo.
Lona Reyes fue ordenado sacerdote en San Pablo Apetatitlán, Tlaxcala, el 15 de agosto de 1952; inició su apostolado sacerdotal en Tamazunchale, San Luis Potosí, y en su primera parroquia fundó la escuela “Fray Pedro de Gante”.
Durante su ejercicio episcopal, a través del Centro Diocesano de Pastoral, realizó cursos de formación a catequistas, agentes de pastoral, y formó las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs).
Como Obispo titular, en dos ocasiones fue presidente del Centro Nacional de Apoyo a Misiones Indígenas (CENAMI), y presidió la Comisión Pastoral Indígena de Conferencia Episcopal Mexicana.
Así también, se involucró en el Centro de Derechos Humanos “Tepeyac”, para defender casos comunitarios de derechos humanos, así como en la formación y difusión de la cultura de los derechos humanos; además, creó un Centro Ecológico (COMA) donde se promueve el cuidado del medio ambiente.
Su participación fue importante en la creación de pequeñas cooperativas, y en su momento fue figura relevante en la formación de la Unión de Comunidades Indígenas del Istmo (UCIRI), la cual produce café orgánico; también impulsó la creación de la Cooperativa de Comunidades Campesinas en Camino (CCC), que produce ajonjolí orgánico.
Lona Reyes, quien en agosto pasado celebró 68 años de vida sacerdotal y 48 años de haber sido ordenado obispo de la Diócesis de Tehuantepec, respalda los proyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero con respeto a las comunidades que él mismo pudo escuchar en sus recorridos.
Hace dos meses, Lona Reyes platicó para EL UNIVERSAL su historia y su punto de vista sobre los megaproyectos insignes del actual gobierno federal, de los cuales para él es fundamental que todos estos respeten la tierra, la vida, el ambiente, y la organización social de las comunidades indígenas.