"Tengo un sueño", primer avance de Cultura Comunitaria

Niños y niñas de los Semilleros Creativos cantaron y contaron historias

Sociedad 20/11/2019 10:10 Alejandro Rangel Ciudad de México Actualizada 15:30

La emoción de niñas y niños de distintas comunidades del país cubrió el Auditorio Nacional en un ambiente de fiesta.

Alrededor de 750 niños y jóvenes que forman parte de los 339 Semilleros Creativos que hay en México, el 6% de ellos, participaron en un evento multidisciplinario cuyo propósito es dar a conocer su participación en este eje de trabajo que la Secretaria de Cultura del gobierno federal desarolla dentro del programa Cultura Comunitaria, y que para este evento nombraron: "Tengo un sueño".

En el lobby del centro de espectáculos se expusieron obras realizadas por miembros de 14 Semilleros de artes visuales de Baja California Sur, Tlaxcala, Durango, Estado de México, y de Oaxaca, de dónde presentaron grabados hechos por internos del Centro de Readaptación Social (Cereso) N1 de Santa María Ixcotel que participan en el Taller de Gráfica Siqueiros.

Una mezcla de artes escénicas, literatura, fotografía, grabado y artesanías giraron en torno a un punto clave de comunión: la música.

El concierto inició con la canción Semati Siyóname / Wanaji Siyóname (Bonito cielo azul / Canto azul) con la joven Luz Díaz en un solo de clarinete. Luego el músico rarámuri Romeyno Gutiérrez, interpretó un solo de chapareque, un instrumento de cuerda originario de la región tarahumara en Chihuahua, con el cual la Orquesta Escuela Carlos Chávez se unió en seguida.

Se escucha luego Xochipitzáhuatl, una danza y canto en náhuatl, con el flautista Horacio Franco como solista, con la Orquesta y el Coro Sinfónico Comunitario, el arpa de Diego Vázquez, el acordeón de Leo Saqui, y letra de Mardonio Carballo, titular de la Dirección General de Culturas Populares. "El cenzontle pregunta y el cielo responde. Ahora que amanece escribe algo nuevo. Escribamos nueva historia, vengan ya amigos míos", cantan los niños.

Con visuales y apoyos escénicos en cada pieza musical reluce el ensamble, para el cual más de 600 niños y jóvenes se concentraron en un campamento creativo en Teotihuacán.

A este equipo multidisciplinario se adhirieron la Orquesta Escuela Carlos Chávez, el Coro Sinfónico Comunitario, y el Ensamble Escénico Vocal, en el cual participó el tenor oaxaqueño Jeser Gatica, presentando las West Side Stories de Leonard Bernstein.

El interludio con la banda sinfónica comunitaria de Tlaxiaco elevó aún más las emociones del evento, pues trasladó a los espectadores a una auténtica calenda oaxaqueña, cuya fuerza espíritual ellos mismos alentaban con gritos, fuera de sus asientos para expulsar el ritmo que los inundaba.

Cerca del desenlace llegó la participación de la soprano mixe María Reyna, con un popurrí de canciones en lenguas indígenas, acompañada de un coro de 600 niños y del contratenor Fernando Pichardo.

Entre las interpretaciones musicales destacaron los grupos de niños de semilleros de La Paz, de Yucatán, Gómez Palacio, y del Semillero creativo de escritura creativa en mixe de San Simón Zahuatlán, Oaxaca, que contaron historias, acompañados por Nora Huerta, Nadia López y Regina Orozco.

La escenografía fue hecha por artesanos de Oaxaca y Guerrero, personas privadas de su libertad del Kolëctive Feat, Taller de Artes Visuales en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte y del taller de gráfica Siqueiros, Cereso de Santa María Ixcotel, Oaxaca.

Esta presentación del  programa Cultura Comunitaria tuvo un costo de 16 millones de pesos, de un total de invertido de 400 millones de pesos. Según cifras oficiales, se vendieron casi seis mil boletos en taquillas del Auditorio y casi 3 mil fueron cortesías, registrando un total de siete mil asistentes.

Al respecto, la senadora y cantante oaxaqueña Susana Harp comentó para EL UNIVERSAL Oaxaca que este evento forma parte de uno de los programas federales que está dando "tremendos resultados". Mencionó que "en la realidad de todos estos niños y de todas esas familias hay un verdadero impacto, y la cuestión es que la cultura es un buen polinizador que va generando frutos".

Soledad Vázquez, originaria de San Pablo Villa de Mitla, comenta que en este evento los niños de su comunidad vieron reflejado el trabajo que realizan en el Semillero. En esta ocasión, nueve de sus 26 asistentes fueron invitados por la Secretaría de Cultura —con gastos de hospedaje, alimentación y transporte cubiertos por esta institución— a la Ciudad de México, para que por primera vez pudieran ser partícipes de esta gala multidisciplinaria del gobierno de la Cuarta Transformación.

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