“Está bien que pidan usar cubrebocas, hay gente que está muriendo”

Oaxaca enfrenta la llegada de la inminente fase tres de la pandemia, y lo hace con un relajamiento del aislamiento y las medidas de prevención

“Está bien que pidan usar cubrebocas, hay gente que está muriendo”
Foto: Edwin Hernández
Sociedad 21/04/2020 12:49 Fernando Miranda Oaxaca Actualizada 12:49

El primer día que Oaxaca amaneció con la indicación de que todos aquellos que habiten su territorio deben utilizar cubrebocas en espacios públicos y el transporte, muchos oaxaqueños aún pensaban que la pandemia que golpea al mundo no era real.  O aunque creían en ella y le temían, no había forma de quedarse en casa. 

Mientras una voz metálica repite una y otra vez los síntomas del Covid-19 desde un altavoz, cientos de personas originarias de comunidades distantes a la capital de Oaxaca, como Sola De Vega o Peras, esperan bajo el sol su turno para pasar al banco y cobrar el apoyo que reciben del Programa federal Procampo productivo.

La línea de gente rodea más de dos veces una de las principales cuadras del Centro Histórico de la capital de Oaxaca y no es la única. Filas similares se repiten en distintas instituciones bancarias, pero mientras en otras sucursales la gente se aglomera y arremolina, en esta fila a unos pasos del zócalo, personal de Protección Civil da indicaciones sobre cómo mantener la sana distancia.

El personal también hace entrega de los cubrebocas, un aditamento de protección que escasea en Oaxaca desde hace dos semanas, razón por la cual las autoridades se han dado a la tarea de comenzar con su distribución e incluso han compartido información para que cada persona pueda hacer el suyo en casa. 

“Este resorte de abajo tiene que ir arriba, para que no se le caiga”, les explica una brigadista a una mujer a quien le entrega un cubreboca blanco. La receptora se quita el reboso y permite que se lo coloquen, después se vuelve a proteger con el manto mientras su esposo se limpia las manos con el gel recién recibido. 

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Foto: Edwin Hernández

La razón de que las autoridades insistan que las personas se queden en casa y de no poder hacerlo, usen cubrebocas en los espacios públicos, se debe a que la entidad enfrenta la llegada de la inminente fase tres de la pandemia, anunciada por fin este martes. Y lo hace con un relajamiento del aislamiento y las medidas de prevención. 

Pero ni la llegada de la etapa crítica de los contagios hacen las diferencias. Los días de guardar han sobrepasado a los oaxaqueños, que han comenzado a volver poco a poco a las calles. Algunos ha realizar trámites impostergables, como quienes esperan cobrar su apoyo federal en esa fila del banco de varias vueltas, otros incluso porque han decidido pasear y disfrutar de la ciudad en familia. 

El propio gobernador Alejandro Murat advirtió el domingo, al oficializar el uso obligatorio de cubrebocas, que “esto no se trata de vacaciones“ y que la única forma que hay de mitigar la propagación del virus y disminuir el número de contagios, es quedándose en casa. 

“En los últimos días me han reportado de que la gente no está respetando el confinamiento y está saliendo de sus casas (...) les reitero: no hemos levantando la contingencia, por el contrario los contagios siguen avanzando y no podemos bajar la guardia”, explicó el mandatario en video, y puntualizó que en el estado, la letalidad de este mal es mayor a la media nacional, pues en suelo oaxaqueño, uno de cada diez contagiados, muere. 

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Foto: Edwin Hernández

Aunque la gente sigue en las calles. El llamado de esta nueva medida ha hecho eco y la gente ha comenzado a adoptar de forma generalizada la medida. De acuerdo con un recorrido realizado por EL UNIVERSAL en el primer cuadro de la ciudad, se observó que hasta un 90% de las personas que no pueden quedarse en casa y deben salir a la calle, portan esta barrera de tela que contiene la fe de miles. Incluso, los cubrebocas son usados por automovilistas. 

Pero aunque la resistencia aún está presente, no todos los que se niegan a usarlo lo hacen por incredulidad. Desde las filas para el banco, campesinos acusan que no tienen forma de conseguirlos pues escasean  en sus comunidades e incluso en la ciudad, y otros más se quejan de que no alcanzaron ninguno cuando los repartió el personal de protección civil. 

“Está bien qué la autoridad haya tomado esta medida. Hay muchos que no entienden, que dicen que es mentira, cuando es verdad, hay gente que está muriendo”, dice un poblador  de los que esperan que avance la fila para realizar su cobro, y quien asegura que comenzó a usar el cubreboca de hace varios días, antes del anuncio. 

Mientras ellos esperan, a la puerta del banco comienza a arremolinarse la gente. Ya no hay fichas para atenderlos, así que los campesinos tendrán que regresar a sus comunidades y volver otro día a la capital, donde se acumula la mayoría de los 69 casos positivos en Oaxaca, a enfrentar la pandemia en las calles para poder acceder a su apoyo.

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