Este material colaborativo en el que el saxofón, el violín y la melodía de más instrumentos se entrelazan, forma parte del programa federal Contigo en la Distancia, impulsado por la Secretaría de Cultura (Seculta), por medio del cual se difunden diferentes expresiones artísticas, como exposiciones de arte, música, teatro y literatura, entre otras.
Fernando Pichardo García, contratenor y miembro del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM), el cual trabaja de la mano del programa Los Pinos Suena, dice en entrevista con EL UNIVERSAL que aunque anteriormente se han trabajado videos musicales con niños y jóvenes, en el caso de la pieza “La Llorona” es el primer video que se lanza con colaboración internacional y, sobretodo, con una representante de la comunidad LGBT, como Ariel.
“Desde mi punto de vista artístico y personal, el artista tiene un compromiso social, a través de este tipo de programas que son inclusivos, como en este caso en el que se trabajó con Ariel, lo cual ha sido una experiencia maravillosa y es un placer trabajar para la comunidad”, expresa Pichardo García.
La idea de unirse en la distancia por medio de la música, platica Ariel, fue del director de orquesta Eduardo García Barrios, también miembro del SNFM, quien luego de ver cancelada su próxima presentación en Los Pinos por el cierre temporal, le propuso la grabación de un son tradicional.
Fue así que empezó la búsqueda de los músicos y se hizo la invitación a artistas de otros países, quienes aceptaron gustosos.
Freymann Rosado, saxofonista originario del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y quien estuvo a cargo de todo el arreglo musical, comenta que para él es un orgullo que un son de su tierra haya unido a diversos artistas internacionales para difundir la música mexicana: “ A mí me llena de orgullo cómo los músicos se unieron y tocaron un son istmeño de una manera tan maravillosa; me llena de emoción que la música de mi tierra se esté conociendo en otros lugares del mundo no sólo tocándola, sino sintiéndola, por la aceptación que tuvo el arreglo que hice”, comenta.
La Llorona es una canción tradicional de cuyo origen no hay datos precisos, pero se ubica en 1850. Aunque no hay registro de quién o quiénes fueron los autores, se sabe que nación como un son istmeño propio de la cultura zapoteca, por lo que la versificación en zapoteco es común, y se popularizó tras la Revolución Mexicana.
Daniel Arellano, quien participó con el contrabajo desde la Ciudad de México, reconoce que el inicio de la cuarentena fue un proceso difícil para él; sin embargo, por medio de la música ha podido darle color a su confinamiento y relató que compartió su trabajo con el público infantil. Más adelante, cuando le llegó la invitación para colaborar con este material le fue muy satisfactorio poder abonar a mejorar el ánimo de las personas en cuarentena.
“A pesar de estos tiempos difíciles, se puede hacer mucho por la cultura y el arte. Es muy positivo que una cantante como yo, al ser trans, se me haya dado la oportunidad por medio de la Secretaría de Cultura, a lo que estoy muy agradecida”, agrega la cantante quien busca quw, por medio de la música, la espera para salir del aislamiento sea menos difícil y sea “una muestra de unión y fortaleza para la humanidad”.