Para evitar violencia contra las niñas, un proyecto internacional impulsa la educación sexual
La importancia de proyectos como PREVALE-SER, explican sus impulsores, radica en el esfuerzo por garantizar el derecho a la educación sexual integral, más aún en tiempos de iniciativas como el PIN Parental, que de aprobarse habría consecuencias palpables como la violencia sexual
Zaachila.— La zona oriente de la Villa de Zaachila, un municipio conurbado a la ciudad de Oaxaca donde se encuentra el relleno sanitario metropolitano: el tiradero en el que se arroja la basura que se genera en 23 municipios, y en el que a su alrededor viven cientos de familias en condiciones de pobreza y pobreza extrema fue el lugar donde anidó y se fundó Solidaridad Internacional Kanda (SiKanda) en 2009, una organización para promover el desarrollo sustentable en comunidades en situación de marginación.
Hace dos años, sus integrantes echaron a andar un proyecto en el cual fortalecer los factores de protección para niñas, niños y adolescentes frente a las diferentes formas de violencia que se viven en esta zona y las cuales, aunque no son exclusivas de ese lugar, sí han dejado huellas profundas en la comunidad.
Una de esas formas es la relacionada con la violencia sexual sobre todo en niñas y mujeres adolescentes que por situaciones históricas y culturales son quienes más han sufrido este tipo de violencia, sin que esto excluya a niños y adolescentes varones.
El proyecto se denomina PREVALE-SER y su objetivo es garantizar el derecho a la educación sexual integral de las niñas, niños y adolescentes; actualmente, se desarrolla en cuatro primarias de la zona y en la Telesecundaria que se ubica junto al tiradero metropolitano.
Una de sus características es que utiliza herramientas como cuentos y dinámicas lúdicas para que las niñas, niños y adolescentes conozcan su cuerpo, reconozcan a personas adultas de confianza, cuenten con una red de apoyo e identifiquen señales de riesgo frente a la violencia.
Foto: SiKanda
“Los cuentos hacen referencia a varios aspectos que tienen que ver con otros planes y modelos, con cómo abordar la educación sexual integral que tiene que ver con el conocimiento del cuerpo, conocer cuáles son las partes privadas y cuáles no”, ejemplifica Carlos Camacho Hernández, punto focal de protección de niñas, niños y adolescentes en SiKanda.
Camacho Hernández explica que aunque la pandemia ha detenido hasta cierto punto el proyecto, este sigue en pie de la mano de madres, padres y cuidadores, quienes trabajan para que reconozcan las señales de abuso, estrategias de prevención, los procesos de canalización y denuncia y, sobre todo, para que escuchen, protejan y crean en sus hijos e hijas.
“Trabajamos también con docentes porque si queremos que los menores confíen en personas adultas, se requiere que las personas adultas crean en ellos en un primer momento. Muchas veces se piensa como persona adulta que tienen mucha imaginación, que se inventan las cosas. Es cierto. Pero en una situación de violencia o abuso, es muy poco probable que estén mintiendo”, afirma.
Las actividades se desarrollan con niñas, niños y adolescentes de 10 a 12 años, quienes cursan la primaria, y de 14 a 17 años, del nivel secundaria. Lo anterior con sesiones diferenciadas por sexo y algunas intergeneracionales que incluyen la participación de personas adultas. En total han participado 133 niñas, niños y adolescentes y 56 personas adultas, principalmente madres, en este proyecto.
Otro de los objetivos del proyecto establecer enlaces con instituciones públicas responsables de la atención de casos de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, como es el caso de la Procuraduría Especializada del DIF estatal. “También buscamos que las instituciones asuman su responsabilidad”, señala Carlos Camacho.
La importancia de proyectos como este, explican sus impulsores, radica en diagnósticos realizados en la zona y el esfuerzo por garantizar el derecho a la educación sexual integral, más aún en tiempos de iniciativas que buscan establecer en las leyes mexicanas y de Oaxaca, el llamado PIN Parental.
Foto: SiKanda
En Oaxaca, diputados del PES, PAN y PVEM en la 64 Legislatura del Congreso del Estado, presentaron propuestas de reforma a la Constitución local y a la Ley de Educación, con las que se busca que madres y padres puedan restringir a sus hijas e hijos el acceso a educación sexual y científica, con base en evidencia bajo el argumento de que ese contenido contraviene su moral.
La iniciativa, puntualiza Carlos Camacho, viola diversos derechos humanos como el derecho a la salud, al interés superior de la niñez, a la educación y, a la participación y autonomía progresiva que supone la obligación de las autoridades para considerar en la toma de decisiones características como edad, grado de desarrollo evolutivo, madurez y tomar en cuenta la opinión de niñas, niños y adolescentes.
De aprobarse el PIN Parental, advierte, habría consecuencias muy palpables como el incremento de la violencia no sólo de tipo sexual, sino también el acoso, la discriminación y la homofobia; además, aumento de embarazos temprano y de violencias basadas en el género.
“Las y los adolescentes al tener menos información para tomar decisiones, podrían incrementarse los embarazos tempranos. Vemos eso como lo más graves”.
Camacho recalca que la exigencia a los diputados es que continúen legislando de acuerdo a los derechos humanos con el principio de progresividad; y al Estado mexicano, para que garantice la educación sexual integral en niñas, niños y adolescentes, como está establecida en las leyes vigentes.