Kalama: El niño surfista de 8 años que ‘caza’ olas en Puerto Escondido
A su corta edad es miembro de la Federación Mexicana del Surf, y su sueño es representar a Oaxaca; para ello, su familia le ayuda a impulsar su talento natural
Puerto Escondido.— Kalama no es tan distinto al resto de los niños de ocho años. Le gustan los carritos y los juegos electrónicos, pero tiene algo que lo distingue: es un cazador nato de olas y el surfista más pequeño que tiene Oaxaca; pertenece a la Federación Mexicana del Surf y cuando esté listo para competir, lo hará portando la camiseta del estado.
De padre hawaiano, Jarred Elika Stratton, y madre oaxaqueña, Zahazy Jarquín Palacio, Kalama Jedidiah Stratton Jarquín es un niño de Puerto Escondido. Desde los dos años comenzó su relación con el mar de la mano de su abuelo, Eric (Opa) Stratton, un misionero hawaiano que llegó a la costa oaxaqueña y que se quedó a vivir en esta tierra predicando y surfeando.
Kalama se comporta como todo un profesional a su corta edad. Bajo la tutela de su padre, que en sus primeros años de juventud se dedicó de manera profesional al surf, el niño lleva una ardua disciplina deportiva sin descuidar su educación, por lo que los entrenamientos comienzan a las 7:00 horas.
Foto: Ediwn Hernández
A las 9:00 horas regresa a su hogar a recibir las clases en línea, y al mediodía vuelve al mar. “Aunque es una disciplina no lo obligamos a ir, él solito sabe que el entrenamiento comienza por la mañana antes de sus clases.
“Apoyamos sus deseos de ser surfista porque le vemos un gran talento natural para dominar el mar, no cualquiera”, explica el padre de Kalama mientras ve caminar a su hijo cargando su tabla rumbo al mar en Zicatela.
La familia explica que no sólo ve el talento de Kamala, sino que mucha gente lo ve y lo comienza apoyar con patrocinios, al grado que, en su momento, él representará a Oaxaca en competencias.
En la preparación de Kalama hacia el surfismo profesional no sólo participa su padre, también su hermana Lanakila Akahana Stratton Jarquín, de 9 años, quien es la encargada de grabar todos los días el entrenamiento, material que a veces se sube a las redes sociales.
Foto: Ediwn Hernández
Su madre también hace equipo con sus hijos y su esposo. Maestra de profesión, a veces los acompaña en el entrenamiento observando o echando porras, pero en la mayoría de las veces se encarga que el niños se alimente bien y cumpla con sus obligaciones escolares, sobre todo en esta pandemia, donde las clases en línea ayudan a flexibilizar el tiempo de entrenamiento.
“Somos un equipo como familia, cada uno tiene un rol importante en este proyecto. Claro que no todo es entrenamiento, Kalama es como cualquier niño que va a clases, juega, va a la iglesia, pero su pasión es el mar y allí estamos con él.
“Claro que le tengo miedo a este deporte porque [Kalama] está chiquito, pero también he visto su talento y con la guía de su padre está seguro y va a llegar lejos”, comenta Zahazy.
Foto: Ediwn Hernández
Durante los meses que la playa estuvo cerrada por la contingencia sanitaria, Kalama practicó con su patineta en su casa, que se localiza en la colonia Brisas de Zicatela, pero apenas se levantaron las restricciones para los surfistas, el niño no esperó ni un minuto y se lanzó al mar.
Kalama es un niño muy tranquilo y respetuoso, casi no conversa, salvo si se le pregunta qué le gustaría ser de grande, a lo que inmediatamente responde: surfista profesional. Esa tranquilidad se va cuando toma su tabla y comienza a domar las olas, allí se convierte en el más intrépido.
“Me gusta el mar, cuando sea grande quiero ser surfista profesional, competir en todo el mundo”, comenta y sonríe antes de meterse al agua.
Kalama se ha convertido en un personaje conocido en Puerto Escondido y, aunque no ha competido de manera profesional, ya ha demostrado el talento que tiene sobre las olas.