“Hay que morirnos en batalla”, dicen comerciantes de Oaxaca ante pandemia
Comerciantes han decidido no cerrar la Central de Abastos de la entidad, pero aseguran que las ventas se han reducido en un 50%
“Hay que morirnos en la batalla”, dice María una comerciante originaria de Zimatlán de Álvarez que vende frutas y verduras en la Central de Abastos de la ciudad de Oaxaca.
Para ella, dejar de vender no es una opción porque es el negocio del que viven su padre de 84 años de edad, su hija que es madre soltera, su nieto y sus otros dos hijos menores; y como la mayoría de los comerciantes, viven al día.
Foto: Edwin Hernández
En uno de los hilos que sostiene la lona que le brinda sombra a ella y sus futas y verduras, cuelga una cartulina con la leyenda: “¡Aviso! En el mercado de abastos seguiremos laborando con normalidad. El mercado no cierra”.
Este tipo de mensajes se replican a lo largo de los puestos de comercio de diversas mercancías en la Central de Abastos de la ciudad de Oaxaca, la zona comercial más grande del estado en el que convergen vendedores no sólo de la capital oaxaqueña, sino de municipios conurbados e incluso de otras regiones.
Según las cifras del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, en este lugar hay más de 20 mil comercios establecidos, sin incluir al número de comerciantes ambulantes; ahí convergen hasta 17 mil transportistas diariamente y tiene su base más de 17 sitios de taxi.
Diariamente circulan en la Central de Abastos concurren entre 25 mil y 30 mil personas diariamente, entre comerciantes y compradores.
Los anuncios se repiten en cada comercio: “La cuarentena no es fácil cuando se vive al día. La Central de Abastos no cierra”; “Estimados clientes, les informamos que el mercado de abastos no cierra”; “Ojo. Estimada clientela con o sin coronavirus, el marcado no se cierra”.
Foto: Edwin Hernández
Consultados por EL UNIVERSAL, los comerciantes de la Central de Abastos de la ciudad de Oaxaca informaron que existe el acuerdo con sus dirigentes de que se mantendrá la venta y que sólo en caso de que la contingencia se agrave o se dé un ordenamiento directo de las autoridades municipales, entonces sólo así cabría la posibilidad de que cerraran.
Pero no están convencidos del todo. El dinero que ganan diariamente es reinvertido para surtirse de mercancías para vender al día siguiente y lo que sobra permite la subsistencia de su familia, de ahí dependen básicamente sus ingresos.
La señora María no está muy convencida de acatar en determinado momento que se les prohíba realizar sus ventas.
Foto: Edwin Hernández
“Hay que morirnos en la batalla”, repite, “Solamente Dios sabe. Sin la voluntad de Dios no se mueve ni la hoja de un árbol. No estamos de acuerdo en cerrar, hay que luchar. Cuando Dios diga hasta de una gripa nos morimos”.
María también vende sus frutas y verduras en el tianguis de los miércoles en su pueblo natal, Zimatlán de Álvarez, municipio de la región Valles Centrales de Oaxaca. El pasado miércoles, dice, las autoridades municipales pretendieron prohibir la venta como medida preventiva al coronavirus Covid 19; pero los comerciantes le hicieron frente.
“Ahí los tianguis son los miércoles y no nos querían dejar vender. Este miércoles tenemos que hacer lo mismo, enfrentarnos al presidente (para que los deje vender”, advierte.
Los comerciantes han decidido no cerrar la Central de Abastos de Oaxaca, pero quienes fueron consultados por EL UNIVERSAL aseguran que las ventas se han reducido en un 50%, porque el flujo de personas y clientes ha bajado; pese a que existe el compromiso de no aumentar los precios de los productos, de la misma forma en que se comprometieron sus proveedores.