Discapacidad: de vivir la violencia a buscar frenarla
Ser una mujer con debilidad visual dejó vulnerable a Elizabeth; ahora ella capacita a funcionarios
Para Elizabeth Manzano, las experiencias pueden convertirse en conocimiento para ayudar a los demás. Originaria de la Cuenca del Papaloapan, la capacitadora impartirá este Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer una charla de sensibilización sobre el tema.
“Yo sufría violencia y sin darme cuenta”, señala Elizabeth, quien desde hace 20 años se mudó a la capital para vencer diversos retos, como aprender a vivir con discapacidad visual degenerativa.
“Lo primero, aceptar y darte cuenta que sufres violencia, porque yo hacía lo que otras personas querían que hiciera porque tenía discapacidad. Me creí que pertenecía a las personas vulnerables y permitía que las personas decidieran por mí”, cuenta.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), del millón y medio de oaxaqueñas mayores de 15 años, 965 mil se han enfrentado violencia de algún tipo en algún momento, violencia que puede venir de cualquier agresor.
Además, hasta 46% de mujeres mayores de 25 años han enfrentado violencia de parte de sus parejas. La violencia, especifican los datos, puede ser emocional, económica, física, patrimonial o sexual.
Luego de admitir que las mujeres con alguna discapacidad están más expuestas a la violencia y discriminación, Elizabeth enfrentó una ruptura personal causada por su discapacidad, misma que la empujó a afrontarla y superarla.
“Me costó mucho trabajo y vivía violencia de mí misma porque me costó aceptar que tenía que usar bastón y que iba perdiendo la vista, no quería admitirlo frente a los demás”, dice Elizabeth en entrevista con EL UNIVERSAL.
Foto: Cortesía
Pero nada la ha frenado. Elizabeth confiesa que su sueño era aprender a usar la computadora, anhelo que logró, instruída por otras personas con discapacidad. Luego, obtuvo un título en Pedagogía y apostó por su inclusión laboral confiando en su capacidad.
Diplomada en Masoterapia, comenzó su experiencia laboral en la Secretaría del Trabajo del Gobierno de Oaxaca.
Actualmente, Elizabeth, quien ya cuenta con una maestría, trabaja para el centro de capacitación del sindicato de trabajadores del gobierno del estado, donde imparte cursos. Aunque en este camino dice no haber experimentado discriminación, acepta que tomó certificaciones y diplomados para que sus capacidades no fueran puestas en duda.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señala que 20.6% de las mujeres mayores de 15 años han sufrido violencia en el trabajo, como sueldos poco competitivos, pocas oportunidades de ascenso y acoso sexual.
“Aunque no he sufrido discriminación directa, sé que las personas no están preparadas para convivir con personas con discapacidad, pues nos cuesta ponernos en el lugar del otro”, comenta.
Asegura que, con el tiempo, ha aprendido hasta a bromear sobre su discapacidad, pero lamenta que muchos aún piensen que “los discapacitados deben quedarse en casa”, algo que puede agravarse cuando se es mujer: “Muchas, en algún momento, hemos sido violentadas. Es importante abrir nuestro corazón y darnos cuenta que, si no podemos solas, es importante pedir ayuda, pues en el afán de sentirnos poderosas, nos quedamos solas”.
Los datos le dan la razón. La organización Consorcio para el Diálogo y la Equidad dice que en tres años en Oaxaca se han registrado mil 736 agresiones contra mujeres y 369 feminicidios.
Para hacer llegar el mensaje de la importancia de la erradicación de violencia, este 25 de noviembre, Elizabeth impartirá una charla sobre violencia de género dirigida a trabajadores de gobierno estatal, en el Teatro Juárez. Es, dice, un esfuerzo por despertar la empatía del otro mediante cuentos e historias.