“Crisis ecológica por líderes nefastos”: Richard Torres
El actor y ambientalista encabeza desde 2012 un proyecto único: matrimonio entre personas y árboles para impulsar la reforestación y crear conciencia
Desde hace 12 años, la organización “Corazones Verdes” realizaba de manera silenciosa trabajos de reforestación en Perú para combatir el daño al medio ambiente; pero en 2012, su trabajo dio un vuelco que atrajo la atención de muchas personas y de los medios de comunicación.
Richard Torres, uno de sus integrantes, actor y ambientalista, impulsó el matrimonio entre personas y árboles. Su trabajo como actor y director escénico fue de donde surgió la idea: una boda como un performance para enviar un mensaje.
El 24 de junio de ese año, en la celebración del “Inti Raymi” (fiesta del sol, en quechua) él mismo contrajo matrimonio con un árbol para protestar contra la intención del gobierno de su país de talar los árboles en Campo de Marte, el principal sitio verde de Lima, Perú, para instalar una feria de comida tradicional.
“Iban a talar un punto verde importante y nosotros salimos con este performance, el Campo de Marte es como el bosque de Chapultepec. Lo querían talar para instalar la feria de la comida peruana; es decir, para más dinero, más dinero y a cambio de qué: de talar los árboles del centro de Lima”, recuerda.
A partir de entonces ha recorrido 17 países con el mismo proyecto y en el que él, se casa con árboles para generar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente. Hoy se encuentra por segunda ocasión en Oaxaca para celebrar bodas entre personas y árboles.
La primera vez, en mayo de 2016, estuvo en Santa María El Tule para contraer nupcias con el milenario ahuehuete, árbol símbolo de este municipio conurbado a la capital del estado y que fue “una bomba mediática” no sólo por el acto, sino porque dos autoridades municipales pretendían cobrarle cierta cantidad de dinero a cambio.
Ahora en San Jacinto Amilpas, encabezó una boda colectiva de una treintena de personas entre hombres, mujeres y niños, con laureles y palma real, y para sembrar más de 15 árboles.
“Venimos humildemente nosotros a despertar la conciencia, decirle al hermano mexicano: cuida a tu madre tierra, porque México es un país fabuloso, ustedes tienen todo, tienen una tierra generosa que a pesar de todo la tierra sigue dando, sigue habiendo maíz, sigue habiendo agua, pero todo tiene un límite”.
Para el activista, la crisis ecológica no sólo en México y en Perú, va hacia un camino irreversible y gran parte de esta culpa es de la clase política.
“Porque nuestros líderes son nefastos. Lo digo esto también por lo que está ocurriendo en Perú, en el Amazonas, el petróleo, los derrames provocados. Creo que nuestros líderes, son por un lado los culpables, porque hay mucho dinero para invertir, para plantar árboles, incluso también ayudar a los indígenas que son los que cuidan la tierra.
“Ese dinero se lo llevan ellos, se lo roban. Imagínate en mi país, tenemos dos presidentes en la cárcel. ¿Qué puedes esperar contra eso?”, dice.
No todos, sin embargo, ven de buena manera este proyecto de Corazones Verdes. Richar Torres confiesa que ha sido objeto de burlas e incluso, de señalamientos que sostienen que busca hacerse fama a través de este tipo de activismo ambientalista.
“Pero sabes cuál es tema y que me ha cuestionado mucho la prensa y mis amigos en redes, es que lo hacemos por fama. No es por fama, creo que hay usar a las redes sociales, a la televisión, hay que usar a los famosos, a la fama. Bendito Dios a mí me da fama, porque con la fama puedo cambiar las mentes también o puedo manipular para mal.
“Chespirito fue uno de los artistas mexicanos principales que se unió al proyecto en el 2014. Él no pudo casarme con el árbol porque estaba enfermo; pero él me dijo: Richard, hay que usar la fama y los medios de comunicación para dar mensajes de paz y amor, y que bueno que este tipo de proyectos se haga, así que tienes todo mi apoyo”, cuenta.
Richard Torres, en cambio, sostiene que las bodas con árboles es un acto de amor porque precisamente el ser humano está distraído, no piensa en la importancia de un árbol, de lo que realmente provee al ser humano, al mundo y hoy más que nunca, por la gran degradación ecológica que está ocurriendo.
“En Perú, donde fue que me casé por primera vez y lo hice como un acto de respeto, de amor profundo, de veneración a la naturaleza. Fue un simbolismo y a partir de ahí no paramos, en reforestar, en plantar árboles, también concientizar a los niños que son los principales receptores de este mensaje”.
Tras 12 años de activismo, la mitad de ellos de manera silenciosa y la segunda con “exuberancia y cobertura mediática”, Corazones Verdes ha llevado a cabo trabajos de reforestación en diferentes países del continente, que los árboles crezcan sanos y fuertes y que los niños y adultos capten el mensaje de lo importante de cuidar la naturaleza, el agua, los árboles y no tirar basura.
“Claro, no podemos cambiar el mundo. Esto es irreversible, el progreso va y va y no sé en qué vamos a parar, no me gusta siquiera pensarlo. Es inevitable pensar que yo quiero cambiar el mundo, pero es complicado”.
El activista peruano sostiene que el cuidado del medio ambiente debe ser un compromiso de todos, no solamente de los artistas y los ambientalistas; pero sobre, todo, de los dirigentes políticos, “porque son ellos los que fueron elegidos por el pueblo, los que de alguna manera fueron bendecidos por el poder y si ese poder no lo usan para realmente equilibrar la paz de la tierra, imagínate lo que ya está pasando y lo que se viene”.