“Luna”, perrita maltratada en Oaxaca, tiene nueva familia en Suiza

Isabel Bischoff, de 36 años de edad, adoptó al can luego de que, a través de las redes sociales, se difundiera el video donde estaba malherida y atada un taxi colectivo por haberse comido un pollo

Fotos: Cortesía
Sociedad 26/04/2018 09:00 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 09:03

Un beso en la nariz es el primer recuerdo amoroso de su nueva familia. “Luna”, la perrita que fue arrastrada por un taxi colectivo en una comunidad de Oaxaca tras haberse comido un pollo, hoy tiene una nueva vida al lado de Isabelle Bischoff, en Suiza.

La mujer de 36 años de edad relata que supo de la existencia del can a través de las redes sociales, luego que se difundiera el video donde estaba malherida y atada al taxi colectivo, de San Dionisio Ocotepec, Tlacolula.

Recuerda haber buscado contacto inmediato con la familia de Isabel Morales para saber del estado de “Luna” y fue Omar, hijo de la animalista que rescató a la perrita, quien le informó sobre su estado y la mantuvo al tanto durante casi un año.

"Busqué adoptarla, yo quería mandarles dinero, pero la familia me decía que la gente había donado suficiente, que por el momento no hacía falta… aún así quería ir a México y agradecerle a la gente por ocuparse de ella", relata en entrevista vía telefónica con EL UNIVERSAL.

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Se mantuvo en contacto con la señora Isabel y en noviembre pasado le informaron que “Luna” pronto abandonaría el hospital donde la atendía el doctor Joel Trujillo y que la familia estaba dispuesta a darla en adopción.

"Me puse a llorar, le dije que era mi regalo de Navidad. Iba a ir en diciembre por ella, pero tuve que cancelar mi viaje porque perdí mi trabajo", señala Isabelle. El pasado 12 de abril por fin pudo llegar a Oaxaca, lugar que ya conocía pues vivió en San Felipe Usila un periodo de tiempo, hace algunos años. En el aeropuerto la esperaba la señora Isabel y el veterinario de “Luna”.

Rememora entre lágrimas su primer encuentro: "Me temblaban las piernas, me eché al piso para estar a su altura porque ella estaba asustada de ver a tanta gente... se dejó acariciar y le expliqué, en voz bajita, que tenía 10 meses pendiente de ella... que había venido para llevarla a otro país. Ella se acercó y me dio un beso en la nariz".

Fue un viaje relámpago. Al día siguiente Isabelle viajó con “Luna” hacia Suiza; el viaje transcurrió sin contratiempos. Al llegar a su nuevo país de residencia, la perrita fue recibida por Nayeli, la hija de Isabelle, así como sus padres, quienes no tenían idea de que se sumaría a la familia, pero tras conocer su historia, la aceptaron e hicieron sentir cómoda.

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Desde su llegada a Europa, “Luna” comparte paseos, juguetes y espacio con Maïsha, una perrita chihuahua de ocho años, que Isabelle rescató de la calle durante su estancia en México.

“Luna no tardó ni dos días en acostumbrarse a la casa, al tercero ya hacía travesuras... así que supe que ya se sentía en casa”, confiesa Isabelle, quien añade que durante sus primeros días jugaba tanto que destruyó cuatro almohadas, así que tuvieron que comprarle juguetes.

Sobre la situación de maltrato a animales domésticos en México, ella, quien asegura sentirse mexicana, lamentó que no exista respeto de los seres humanos hacia otros seres vivos. “No tiene nada que ver con la pobreza, la cultura o la educación. La forma en la que tratas a los animales, revela tu calidad como ser humano”, sostiene.

Sobre el caso de “Luna”, asegura que es importante que las autoridades actúen para sancionar a los responsables de las lesiones que dejaron a la perrita por meses en un hospital. Aunque no conoce información precisa sobre el desarrollo del caso legal que enfrentan, precisa que los señalados buscan pagar una multa y olvidar lo sucedido.

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Ante ello, sugirió a los abogados de Isabel Morales que se les imponga trabajo social en la clínica veterinaria que atendió a “Luna” para que tomen conciencia, además, que no puedan tener una mascota nunca más.

Añadió que planea regresar a Oaxaca en este año para encontrarse con los responsables y exigirles una disculpa para “Luna”. Por su parte, la perrita luce contenta y repuesta al 100 por ciento en su nuevo hogar donde la consideran un integrante más de la familia.

El caso del animal cobró relevancia en junio del año pasado en que un video en redes sociales viralizó el caso de la perra atada con una cuerda a la parte de atrás de un taxi colectivo de la comunidad de San Dionisio Ocotepec, como forma de castigo por presuntamente haberse comido un pollo.

Hasta el momento, la autoridad ministerial no ha dado a conocer la situación jurídica de Silvino García Pérez, conductor del taxi con número económico 10-921 y placas de circulación 1480-SJK, del sitio “San Dionisio”, A.C. de quien en su contra se inició la carpeta de investigación 1431/DF/ZC/2017.

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