La cantante Lila Downs está consciente de la violencia que priva en México, pero le gustaría que el gobierno federal mejorara la difusión de cosas positivas que ejecuta.

“Creo que estamos con miedo en general en este país, (pero) quisiera yo que en este gobierno hubiera más difusión de las cosas positivas que sí están pasando.

“Antes todos los medios (de comunicación) creo se pagaban y eso también hay que tomarlo en cuenta, hay que decir quién quiero ser en mi país y no es tan sencillo lanzar la piedra”, agrega.

La intérprete de “Zapata se queda” ejemplifica que en su concierto del Auditorio Nacional se presentará un show de La Tigrada, una fiesta de Guerrero.

“Ellos se están quedando en Los Pinos porque están recibiendo ahí a los paisanos que viene de fuera, cuando lo oí dije ¡qué maravilla!, ¡y no nos enteramos!”, detalla.

Downs estuvo en el Festival Internacional de Cine de Morelia para presentar El son del chile frito. El material de 61 minutos de duración es un viaje a través de los valores culturales y espirituales de las comunidades oaxaqueñas. La película, que busca estrenar en salas mexicanas, se tardó casi un año en grabarse bajo la dirección del uruguayo Gonzalo Ferrari.

“Para mí Oaxaca es un país porque es un lugar que tiene una visión de vida tan diferente, que trato de traducirla a veces en canciones, pero nunca será lo mismo que visualmente”, expresa.

Durante las grabaciones se encontraron cosas sorprendentes para los realizadores, como una madre que se negaba a tener un hijo muxe, los hombres que se visten de mujeres.