Ante crisis por Covid, una cuchillería sobrevive en manos de su primera maestra artesanal

Rosaura Aguilar es la maestra cuchillera de la tercera generación de la “Cuchillería Artística Ángela Aguilar”, cuya tradición artesanal data desde  la Colonia en el siglo XVI, oficio que les enseñaron los frailes dominicos. Hoy enfrenta una profunda crisis que arrastra desde  2006, acentuada  por la pandemia de Covid-19.

Desde hace 14 años, los talleres dedicados a la cuchillería artesanal en Ocotlán de Morelos han desaparecido paulatinamente por la falta de turismo y promoción de su trabajo, entre otras causas. De más de 80 talleres que existían en este municipio, quedan alrededor de 40. Ante la falta de ventas y oportunidades, los artesanos optaron por migrar.

La “Cuchillería Artística Ángela Aguilar” ha logrado sobrevivir hasta ahora. Rosaura afirma que, entre todo, se debe a su trayectoria, por su decisión de incursionar y autopromocionarse en redes sociales, por la estrategia de organizar visitas y demostraciones sobre la actividad artesanal que realizan; sin embargo, nada de esto los exenta de la crisis.

“No hay ventas, tenemos que decidir si compramos material para seguir produciendo o alimentos”.

Trayectoria

Este taller fue contratado para elaborar las espadas y la cuchillería utilizada en la película Conan, el bárbaro (1982), protagonizada por Arnold Schwarzenegger y James Earl Jones.

La cuchillería se han encargado también de la elaboración de estas piezas para otras películas y obras de teatro; incluso fue reconocida entre los cinco primeros lugares de una competencia internacional en la que participaron 20 países, entre otros reconocimientos estatales y nacionales.

Además, diseñaron y elaboraron los cuchillos del extinto Estado Mayor Presidencial, del entonces presidente Enrique Peña Nieto.

Producen con características especiales, para clubes dedicados a la pesca, cazadores, boy scouts, políticos, religiosos, para  escuelas de artes marciales, chefs y chamanes. También elaboran piezas para el trabajo de campo como machetes, hachas y hoz.

Inspiración femenina

La técnica utilizada en la “Cuchillería Artística Ángela Aguilar” para la elaboración de sus piezas es la de Toledo, España. De acuerdo con Rosaura Aguilar, esta técnica era utilizada por los españoles, en la cual utilizaban a sus esposas o musas para inspirarse, básicamente a través de tres conceptos que relacionaban con las mujeres: belleza, líneas perfectas, y   el respeto que se les debe tener.

El maestro de la primera generación de este taller artesanal —porque continúan utilizando herramientas de la Colonia, elaborados por ellos mismos— fue Ricardo Guzmán, quien vivió 110 años; el maestro de la segunda generación se llama Apolinar Aguilar, quien lleva 50 años dedicado a este arte. Al enfermarse de cáncer, Rosaura Aguilar fue designada por sus hermanos y primos como la nueva maestra de la cuchillería.

“Una de las cosas que tengo que agradecerle a mi familia es que aquí sí hay igualdad, me dan los mismos derechos. Tengo otros hermanos, primos, pero por mayoría decidieron que fuera yo  la maestra del taller”, relata.

Otro de los aspectos que destacan a este taller es su contribución al medio ambiente, pues para sus productos reciclan los muelles de carros para la extracción del metal,  el bronce de pernos y llaves, y el aluminio de los pistones de los automóviles. Esto, a través de la fundición y posterior separación de los metales en un proceso que dura más de ocho horas.

“La actividad artesanal de la cuchillería se está perdiendo”, asegura Rosaura Aguilar, en parte por la falta de  difusión a su actividad, la falta de apoyo gubernamental, y  porque las leyes mexicanas consideran a sus productos como armas y no pueden exportarlas.

“El cliente que nos visita sólo puede llevarse cinco piezas dentro de su equipaje, si quisiera llevarse grandes cantidades no podrían. Hemos peleado por una reforma a las leyes para que haya una distinción sobre nuestro trabajo y lo que consideran las armas blancas”, comenta Rosaura.

Esta prohibición para exportar sus armas los llevó a abrir un taller en Texas, Estados Unidos, donde tienen también un taller como el que tienen en Ocotlán de Morelos.

Ahora con la pandemia llevan cuatro meses sin trabajo. “Es en este momento que se necesita el apoyo del gobierno, quizá no en dinero, sino en la difusión de actividad artesanal”, declara.

Y el apoyo no sólo para ellos, afirma, sino también para los alrededor de 220 artesanos que hay en Ocotlán de Morelos, entre los que se encuentran los dedicados a la elaboración de sombreros, huaraches y vestimenta tradicional.