Los floricultores de cempasúchil y cresta de gallo de Puente Madera, un poblado que pertenece al municipio istmeño de San Blas Atempa, están desconsolados porque la lluvia llegó tarde y las plantaciones que pintaban el campo de amarillo y rojo no desarrollaron. Para las celebraciones del Día de Muertos, las flores van a subir de precio, pronostican.

En el terreno de Roberto Trinidad Jiménez, los surcos de cempasúchil o flor de muerto se ven tristes, carecen del intenso color amarillo, las plantas no crecieron ni siquiera 30 centímetros, las flores quedaron muy chiquitas “y eso que tenemos un pozo para regar las plantas”, explica su esposa,  Justina Lucero Juárez, mientras elabora totopos en su cocina.


Foto: Claus Mendoza

Los campesinos de los municipios de Tehuantepec y San Blas Atempa, en cuyas comunidades se siembra desde principios de agosto las flores de cempasúchil y cresta de gallo, van a tener pérdidas económicas porque las lluvias llegaron tarde. 

Cada año las flores son llevadas a las comunidades vecinas, como Juchitán, Salina Cruz y Ciudad Ixtepec, para su venta en las festividades del Día de Muertos.

En los surcos del predio de Óscar de la Rosa, ubicado a un costado de la carretera Transístmica poco antes de llegar a Tehuantepec, hay claros enormes donde la flor de muerto no creció.

Productores de  San Blas Atempa analizan pérdidas económicas  

A la entrada de Puente Madera también se observan las parcelas donde de plano sólo quedan unas plantas delgadas, dobladas por las lluvias que llegaron tarde. “Va a subir el precio de las flores”, reitera   Justina y refiere que  para limpiar las plantas tuvieron que contratar a 30 peones;  a cada uno  se le pagó 200 pesos por día.
“Ellos trabajaron tres días y la flor de muerto no se logró bien, pero esperemos que de aquí al 29 de octubre se levanten otro poquito”, comenta esperanzada.

En la superficie de una hectárea, donde Roberto y su hijo César Roberto sembraron  las flores de cempasúchil, cresta de gallo y bolitas de color morado, destaca el intenso color rojo,  es la flor conocida como cresta de gallo, que sí creció. En cada surco, la familia Trinidad Lucero espera cortar unas 500 piezas. Son más de 20 líneas de cultivo.

“Nosotros ya no vamos a vender las flores a Juchitán, Tehuantepec o a Salina Cruz. Los compradores vienen hasta acá porque quieren regatear el precio porque ellos quieren ganar más, pero no saben lo que cuesta sembrar, limpiar, regar y cosechar las flores”, señala  Justina, quien no para de meter la mano en el ardiente horno donde se deshidrata el totopo.


Foto: Claus Mendoza

El año pasado, un surco de 500 plantas se vendía aquí en 800 pesos. Para este año,  Justina piensa ofrecer cada surco en mil o mil 200 pesos  para poder pagarle a unos 10 peones para el corte de las flores a punta de machete.

El corte comenzará el 29 de octubre, porque en varios pueblos del Istmo la celebración de los muertos empieza desde el día 30.

Mal tiempo.

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, estas flores se siembran en 14 estados del país, incluida  la entidad oaxaqueña, entre agosto y octubre, y sólo  se cosechan si hay buenas condiciones climáticas, y agrega que es común que el retraso de las lluvias afecte a la actividad.

En Oaxaca el cultivo está presente en las regiones de la Mixteca, Valles Centrales y el Istmo.

Estiman subir precios de las flores; además, temen de revendedores

A pesar de que este año no fue muy bueno para los campesinos, la familia Trinidad Lucero, dice que seguirá sembrando flores para las festividades  de muertos.

Después del corte de cempasúchil y cresta de gallo, Roberto y su hijo César van a sembrar camote, pero antes van a tener que desembolsar unos mil 500 pesos para pagar el barbecho.

“No estamos enojados, pero qué le vamos hacer. Hay otros pobres que sembraron y no van a cosechar nada”, remata  Justina mientras mueve entre sus manos la masa para elaborar los crujientes totopos que vende en su propio domicilio hasta donde también llegan las compradoras en busca del regateo.


Foto: Claus Mendoza