Por medio de la poesía, impulsan a jóvenes para ser escritores

En enero de este año arrancó formalmente este proyecto que nació mediante las Bibliotecas Móviles

Foto: Cortesía
Sociedad 28/11/2019 05:27 Actualizada 13:14

Aún caminas, a pesar de que estás en el sendero de la muerte”, es uno de los  versos que narran la migración de miles de oaxaqueños, según la entiende  Yuvenís Guzmán, una  estudiante de bachillerato, originaria de Santa María Yaveo, en   la Sierra Norte. Su trabajo poético apenas inicia, pero tiene tanta fuerza que convulsiona al corazón. 

“Por la noche la luna derrama lágrimas”, escribe  Francisco Osvaldo Hipólito,   otro alumno de bachillerato  quien  también dedica sus letras al fenómeno migratorio  que golpea a San Dionisio Ocotepec, su comunidad de origen.

Ambos forman parte del proyecto Brotes en el almácigo: solares y sombras para escribir, que ideó e impulsó el escritor y promotor cultural Emiliano Aréstegui y que fue adoptado por la Fundación Alfredo Harp Helú (FAHHO) a través de las Bibliotecas Móviles Ando leyendo, leyendo ando.

En un principio era un proyecto personal. Emiliano Aréstegui, quien trabaja en las Bibliotecas Móviles, pensaba que sentarse a leerles a los jóvenes y después irse no era suficiente;  era necesario darles un espacio para permitirse escucharlos, saber qué tienen que decir y tratarlos como iguales: “Si estamos promoviendo la lectura, tenemos por fuerza que promover la escritura, porque son espejos de la misma moneda”, recuerda.

“Si no, lo que pasa es que empiezas a ver a los escritores como gente irreal y con una admiración bárbara, cuando tú tienes un escritor dentro, o un pintor, o un bailarín o un cineasta. Lo bueno de la escritura es que es algo muy sencillo porque lo único que necesita para escribir es una hoja de papel y una pluma”, comenta.

Fue en diciembre de 2018 cuando se empezó a diseñar la manera en que se trabajaría con los jóvenes y en enero de 2019 arrancó formalmente el proyecto, apoyado en la infraestructura de la FAHHO.

“Para poder tener esta fortaleza, este cimiento. Porque de alguna otra forma  no podríamos estar aquí, no podríamos conocer a los chavos de los BICs [Bachillerato Integral Comunitario]. Gracias a que hay una biblioteca móvil, de que hay un proyecto de 10 años trabajando como son las Bibliotecas Móviles, almácigo puede tomar forma y se fortalece”, explica.

Muchas semillas. Yuvenís Guzmán y Francisco Osvaldo  son estudiantes del BIC número 26 que se encuentra en San Andrés Solaga, municipio de la Sierra Norte. Para ella, este proyecto se ha convertido en la oportunidad que tienen los jóvenes para expresarse y, para él,  una oportunidad para escribir sentimientos y emociones, y de que otra gente pueda leerlos en sus poemas.

Las Bibliotecas Móviles recorren cuatro rutas en Oaxaca: dos en la Mixteca, una en el Istmo de Tehuantepec y una en la Sierra Norte. En cada una de ellas se abarca a 21 municipios del estado, 84 en total; y en todos ellos, también crece el  proyecto Brotes en el almácigo.

Ahora los escritos de los jóvenes se “producen por kilos”, pero no es una fábrica de escritores, advierte Emiliano Aréstegui.

“Yo digo que no es una fábrica de escritores porque, justo por eso, porque no podemos ser tan canallas y decir vamos a empezar a generar textos, a publicar una plaqueta al año, vamos a ver quién está escribiendo. Porque sería muy triste verlo así. Esto nada más es la facilidad y dar las herramientas a los jóvenes para que se vean escuchados, leídos,  publicados”.

Pero el escritor va más allá. Lo que le interesa, explica, es que se haga comunalidad, para que todos los jóvenes empiecen a conocerse a partir de lo que piensan, de los textos creados y ver la forma de que esto rompa las fronteras y se lleve hacia todos lados: “Que en Solaga puedan leer lo que hacen en Ixtlán, en Xiacuí, que haya retroalimentación y  empiecen a conocerse a partir de lo que piensan”.

El proyecto, además, es un encuentro de los jóvenes con la imaginación y la realidad: la migración, niñas de 10 años que escriben contra el acoso sexual, la violencia familiar, entre muchos otros.

La imaginación, como dice Vargas Llosa, es la verdad de las mentiras. Cuando estamos jugando con la imaginación, por fuerza y por suerte, tenemos que hablar de la realidad, porque todo está engarzado. La imaginación no es una fuga, no es un escape, es otra forma de ver la realidad”, expresa Emiliano Aréstegui.

Los poemas de los jóvenes de Brotes en el almácigo se han publicado en el boletín bimestral de la FAHHO. Ahí han comenzado a enraizar todas sus letras
 

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