Los fondos para que el museo sobreviva son destinados a través de la asociación amigos del MACO que preside Rubén Leyva, a quien acusan de querer destituir a la directora y no pagarle a los empleados.
Ayer, apuntaron, el presidente de la asociación le pidió a los trabajadores que abandonara el museo. Por ello, dijeron, ambas, en representación de los trabajadores decidieron no abandonar el museo.
“Lo más seguro es que si nos salimos, cierren el museo”, reiteran. Y señalan que la intención es que el museo quede en poder del gobierno del Estado, lo que pone en peligro el empleo de las personas que han laborado ahí por años.
La situación, no ha podido ser llevada a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, pues ante la pandemia, el servicio se ha restringido.
Además de los empleados en nómina, de la actividad del museo dependen curadores, artistas, empleados de la tienda, proveedores, entre otros.
La única propuesta, reiteran, es cerrar el museo, “lo que para nosotros significa no solo cerrar nuestra fuente de empleo sino dar conclusión abrupta y sin sentido a un proyecto iniciado hace 29 años y que ha sido cuidado por todas las personas involucradas en este maravilloso espacio desde su fundación”, detallaron ayer en un comunicado.
El pasado seis de diciembre, los empleados colocaron una manta en la entrada del museo para informar sobre la situación del mismo.
Fue en el mes de noviembre que la directora del recinto cultural, Cecilia Mingüer, anunció que el MACO contaba únicamente con el recurso que la asociación destinaba, mismo que había sido recortado, para absorber solamente exposiciones, dejando fuera salarios, gastos de limpieza, mantenimiento, entre otros.
Luego de que se difundieran las acciones de la directora y la coordinadora, a través de redes sociales, miembros de la comunidad artística exigieron que el espacio no sea cerrado. En tanto, las hasta hoy directivas del museo agradecieron las muestras solidarias de quienes les han llevado alimentos durante su estadía en el lugar.