Desde esta declaratoria, el 60% de los crímenes se concentra en tres regiones. En el Istmo de Tehuantepec representa el nivel más elevado con 25%, le sigue Valles Centrales con 20% y la Cuenca del Papaloapam con un 15%.
Sobre el mecanismo de Alerta de Violencia de Género y la instalación de los Consejos Municipales de prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres en los 40 municipios que ya contempla la Ley Estatal, afirma que sus resultados son cuestionables.

Foto: Christian Jiménez
Lo anterior porque de acuerdo al Monitoreo de Violencia Feminicida del GESMujer, el 57% de la violencia feminicida ocurrió en municipios con alerta de género y el 43% en municipios sin alerta.
“Lo que implica que no hay una diferencia entre contar con el mecanismo que carecer de él, o bien que la violencia hacia las mujeres que se focalizaba en 40 municipios, a tres años se ha extendido a otros que no estaban identificados como de alto riesgo”.
Asimismo, advierte que la pandemia es un factor que agrava las condiciones de riesgo para las mujeres, en todos los ámbitos, pero innegablemente en relación a la violencia, lo que implica la urgencia de atenderla, con las debidas medidas de protección.
También sostiene que a tres de años de la alerta en Oaxaca, los resultados evidencian la falta de voluntad política para contar con un diagnóstico real de la problemática; ausencia de coordinación entre las instituciones responsables de la prevención, atención, sanción y erradicación de las violencias por razón de género y la impunidad como consecuencia de negligencias y omisiones ocasiona que niñas y mujeres sigan siendo violentadas.