Restaurados, 895 inmuebles que los sismos dañaron
Para 2021 habrá concluido los trabajos en edificaciones con daño menor y moderado
Los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 en el país provocaron daños en 2 mil 340 inmuebles catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entre zonas arqueológicas, templos y edificios históricos.
Los daños en los inmuebles fueron clasificados por el INAH como Menor, Mediano y Severo.
A 22 meses,EL UNIVERSAL actualiza la información sobre afectaciones, nivel de esas afectaciones, tipos de daño que presentan y los dineros invertidos por el Estado y la aseguradora.
El INAH reporta que ha concluido la restauración de 895 inmuebles y señala que para 2021 habrá concluido los trabajos en edificaciones con daño menor y moderado, así como en la mayoría de los que tienen daños severos.
“Para 2021 sólo quedarán pendientes y en proceso de restauración algunos templos, los más dañados y que necesitan mayor cuidado para culminar una restauración exitosa”, indicó Diego Prieto, director general del INAH.
Salvador Camarena, coordinador operativo de la Oficina de Sismos del INAH, explicó que el 20 junio pasado realizaron un reporte en el que registraron la restauración completa en 895 inmuebles. De ellos, 483 fueron restaurados en la administración anterior.
“De los 483, 463 fueron monumentos históricos, y 20 zonas arqueológicas. Desde diciembre, cuando inició la actual administración hasta el 20 de junio, fueron restaurados 412 inmuebles, de los cuales 407 son monumentos históricos y cinco zonas arqueológicas. Es decir, se ha restaurado una tercera parte de los edificios dañados”, indicó Camarena.
Con el sismo del 7 de septiembre de 2017 resultaron afectados inmuebles principalmente de Oaxaca y Chiapas; mientras que con el del 19, edificaciones de Puebla, Morelos y la Ciudad de México.
“Lo primero fue que el Fondo Nacional de Desastres(Fonden) solicitó en un plazo de 30 días el registro y valoración de todos los daños. Este fue un trabajo que requirió recorrer alrededor de 500 municipios de varios estados. De ese recorrido, en 2017, se hizo un censo en el que se contabilizaron mil 252 inmuebles”, señaló Camarena.
Las afectaciones fueron en 11 estados, sin embargo, la declaratoria de Fonden sólo se obtuvo en ocho: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Morelos, Tlaxcala, Ciudad de México y el Estado de México.
Transcurridos los 30 días establecidos por el Fonden surgió una primera cifra oficial de inmuebles afectados: mil 821. Continuaron los trabajos e incluso, comentó Salvador Camarena, se contabilizaron alrededor de 2 mil 800 inmuebles. Luego se hizo una depuración y quedó la cifra oficial de 2 mil 340, cifra que aún mantiene el INAH.
“Se ha restaurado una tercera parte; 700 inmuebles están en proceso; mientras que el resto, aparentemente, está como el día del sismo, pero no, están en etapa de estudios de su historia, mecánica de suelo y elaboración del proyecto de trabajo”, comentó Camarena.
De los inmuebles restaurados, 41 se encuentran en Chiapas; tres en Ciudad de México, 49 en Guerrero, siete en Hidalgo, 183 en Estado de México, 118 en Morelos, 75 en Oaxaca, 288 en Puebla, 26 en Tabasco, 91 en Tlaxcala y 14 en Veracruz.
Como el INAH no contaba con un manual de procedimiento para una situación como los sismos, entre septiembre y octubre de 2017 hizo un protocolo para tener claridad para saber cuál es el papel del Instituto y cómo deberán proceder todos los centros con los seguros.
El INAH realizó además un Plan Maestro que establece que se debe actuar primero en los inmuebles de daño menor, luego en los de moderado y al final en los de mayor.
“En términos generales se continuó con las metas del Plan Maestro; sin embargo, el proceso se adecuó a las nuevas condiciones institucionales. Dos factores que propiciaron modificaciones al programa de atención fueron la insistencia social en la restauración de ciertos inmuebles, así como el proceso de acceso a los recursos del Fonden, el cual requiere un mayor periodo de gestión de acuerdo a las leyes de Obra Pública y de Adquisiciones. Es por estas razones que algunos inmuebles con daño moderado e incluso con daño severo han avanzado a un ritmo mayor que algunos de daño menor”, señaló Camarena.
Los seguros. Los inmuebles catalogados por el INAH contaban con una póliza de seguros Banorte, que cubría hasta por 3 mil 500 millones por cada evento.
“Por el sismo del 7 de septiembre en el que estaban incluidos dos estados, hubo un reclamo aproximado de 2 mil millones. Sin embargo, para el sismo del 19, los 3 mil 500 millones no alcanzaron. En 2018 se valoró y se calculó que, en total, los daños oscilaban en los 10 mil millones”, dijo Camarena.
En diciembre de 2017, el INAH “comenzó el reclamo al seguro” y se pudieron obtener alrededor de 5 mil 775 millones, cantidad que, señaló Camarena, se terminará de ejercer los primeros meses de 2020.
De forma paralela, el INAH “hizo un reclamo” ante el Fonden por 5 mil 800 millones. “Sin embargo, el Fonden indicó que darían recursos cuando se termine el dinero del seguro”. Además del seguro y Fonden, países e iniciativa han realizado donaciones. “Pero el INAH desconoce cuánto dinero es porque el Instituto no ha recibido nada”.
Término de trabajos.El Plan Maestro elaborado por el INAH establece que para 2021 se terminarán los trabajos de restauración y establece tres etapas: del inicio del sismo hasta marzo de 2018, considerada como etapa de censo y valoración de daños, así como la utilización de recursos del seguro.
La segunda fue de marzo 2018 a marzo de 2019, para “acciones de mayor profundidad, para restaurar inmuebles de daños moderados y comenzar a tener una certidumbre a los daños severos”.
“Terminaremos en 2021, es una fecha que aún mantenemos de forma oficial. También hay certidumbre de que hay el dinero suficiente y de que serán restaurados todos los inmuebles y lo que estaba dentro, es decir, los bienes muebles”, dijo.
El templo. La iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, en la Ciudad de México, es uno de los inmuebles dañados. Hoy luce sin la mitad de su cúpula, y atravesado con polines que mantienen su estructura.
“La gente ya se ha desesperado, la cantidad de solicitudes para misas ha disminuido de forma considerable. Antes, el 2 de agosto —día de la fiesta patronal— se reunían hasta 2 mil personas, el año pasado recibimos alrededor de 300. Las autoridades no nos dicen cuándo comenzarán los trabajos, sólo han realizado visitas”, comenta Marco Antonio Fuentes, sacristán del templo.
En un recorrido se constató que el templo luce con señales de humedad y crecimiento de maleza. Sin embargo, Salvador Camarena indicó que la forma de intervenir el recinto ha generado discusiones a nivel nacional e internacional.
“El criterio de restauración concluyó que no era necesario la demolición de la mitad de la bóveda que quedó, sino que lo más adecuado es conservarla y completarla. Actualmente estamos en el proceso final del proyecto de intervención del templo y se espera que antes de que termine el año ya se hayan iniciado los trabajos”, indicó Camarena.