El prelado, que el 15 de agosto pasado cumplió 49 años de haber sido ordenado obispo, murió en el hospital del poblado Lagunas, perteneciente al municipio de El Barrio de la Soledad, en el Istmo de Tehuantepec.
Lona Reyes cumpliría este 1 de noviembre 95 años de edad. Nació en Aguascalientes en 1925, Fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1952 y en la misma fecha pero de 1971, fue ordenado obispo, cargo que desempeñó en la diócesis de Tehuantepec, donde se ganó el título de “Obispo de los Pobres”.
Las autoridades eclesiales informaron que el obispo emérito fue hospitalizado el 20 de octubre, tras presentar problemas respiratorios. El padre obispo se contagió de Covid-19 y falleció tras haber ingresado al área de terapia intensiva, de acuerdo con el reporte que diariamente presentaba la diócesis sobre su estado de salud.
“Quiero quedarme al lado de Lolita, mi madre”, decía, al tiempo que explicaba que su nombre, Arturo, significa Guardián de las Estrellas.
Los familiares del prelado y las autoridades de la diócesis de Tehuantepec, que encabeza el obispo Crispín Ojeda Márquez, definirán si el cuerpo de Lona Reyes es sepultado o cremado. “Vamos a esperar si también se le honre con un homenaje, como reconocimiento a su trabajo a favor de las comunidades indígenas”.
Como obispo, Lona Reyes fundó cooperativas de autobuses, de productores de café, creó escuelas, impulsó talleres textiles y gestionó caminos y puentes y obtuvo reconocimientos por la defensa de los derechos humanos, pero también sufrió más de una docena de atentados, por su labor a favor de las luchas agrarias que se libraron en Los Chimalapas, de donde salió ileso.