Sociedad

Advierten crisis de derechos humanos de los jóvenes en Oaxaca; entre ellas, desapariciones y precarización laboral

Esta crisis está relacionada con violencia, discriminación, falta de acceso a empleos dignos, desapariciones y diversas desigualdades, advierten colectivos

Diferentes desigualdades entre los jóvenes les arrebatan oportunidades de empleo en Oaxaca. Foto: Archivo
15/07/2025 |15:49
Juan Carlos Zavala
Corresponsal EL UNIVERSAL Oaxaca Ver perfil

Organizaciones sociales de Oaxaca advirtieron una crisis en los derechos humanos de los jóvenes en el estado, relacionada con la violencia, discriminación, falta de acceso a empleos dignos, desapariciones, criminalización, y diversas desigualdades.

Esta crisis genera graves impactos en sus vidas, bienestar social y en su futuro, según las asociaciones entre las que se encuentran Centro Calpulli, Colectivo Chatino, Colectivo Diálogos, Corazón Mixteco y Fundación MSI.

Las cifras, sostuvieron, son alarmantes: en los últimos tres años han desaparecido 900 niñas y mujeres, en su mayoría entre los 12 y 19 años de edad; los jóvenes reciben ingresos en promedio de 33.8 por hora, de acuerdo con el Inegi, y esta precarización obliga a muchas a migrar, a incorporarse a economías ilegales, las fuerzas armadas o al crimen organizado como única alternativa de subsistencia.

A estos datos, señalaron, se suman que las juventudes afrodescendientes e indígenas enfrentan barreras estructurales por razones de racismo, discriminación lingüística y despojo territorial.

Sus formas de vida, organización, cultura y trabajo siguen siendo invisibilizadas o reducidas a estereotipos, sin acceso real a políticas públicas que reconozcan su derecho a decidir cómo vivir y desarrollarse, desde sus propias cosmovisiones y saberes comunitarios.

Mientras que las personas de la diversidad sexual padecen hostilidad en los espacios laborales y educativos, así como la exclusión.

“Lo que ha orillado a muchas personas trans, no binarias, lesbianas y gays a iniciar trabajos informales o sexuales desde edades tempranas, esta exclusión les orilla a la informalidad, donde la falta de derechos laborales, seguridad social y acceso a servicios básicos incrementa su vulnerabilidad y exposición de violencias múltiples”.

Y en los espacios universitarios persisten prácticas normalizadas de violencia sexual, acoso, hostigamiento laboral, discriminación por identidad de género, preferencia sexual, racismo y clasismo, y la exclusión sistemática de las juventudes con discapacidad, quienes enfrentan no sólo barreras físicas, sino culturales y actitudinales que limitan su participación en espacios educativos, laborales, comunitarios y de toma de decisiones.

Ante este escenario, demandaron la construcción de políticas públicas interseccionales que partan del diálogo real con juventudes urbanas, rurales, afrodescendientes, indígenas, migrantes, con discapacidad y de la diversidad sexogenérica.

Y el reconocimiento del trabajo digno como un derecho humano, con políticas que garanticen condiciones laborales justas, libres de violencias, con seguridad social y sin discriminación por edad, género, orientación sexual, identidad cultural, discapacidad o corporalidad, entre otras recomendaciones.

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