Las regiones identificadas como las más violentas para la mujer son el Istmo de Tehuantepec, la Costa y los Valles Centrales, de las cuales el Istmo se ha mantenido a lo largo de todo el sexenio que finaliza como la más violenta para las niñas y mujeres, pues sólo en el 2022 acumula 29% de las víctimas de la violencia feminicida, precisa GES Mujer.
En Oaxaca, además, en el periodo señalado desde que se declaró la AVG, al menos 72 niñas y adolescentes han sido asesinadas de manera violenta.
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"Las mujeres enfrentan diferentes tipos de violencia basada en su género, ésta se puede expresar a través de las violencias física, emocional, económica, psicológica, sexual y digital, por ello se hace urgente contar con mecanismos orientados a prevenir y atender las violencias en los ámbitos privado y público, pues la carencia de prevención y atención incrementa el riesgo de ser víctimas de la violencia feminicida", señala Angélica Ayala, presidenta de la organización.
Ante ello, la activista reitera recomendaciones urgentes ante la violencia contra las mujeres como realizar un mapeo de los delitos cometidos en contra de las mujeres, particularmente feminicidios, homicidios culposos, violencia sexual, desapariciones de niñas y mujeres y sus tentativas, pues con estos datos se evalúa el nivel de gravedad de violencia de género existente.
Asimismo, contar con un análisis del contexto de violencia comunitaria, de delincuencia organizada, violencia social, así como la presencia de militares en las regiones, ha colocado la proliferación descontrolada de armas de fuego en el estado, la cual ha generado que año con año se incremente el asesinato violento de niñas y mujeres con éstas armas, llegando al 2022 a representar un 78%.
“En la región del Istmo, el reciente e indignante caso de Abigail en Salina Cruz, es un claro ejemplo de las alarmantes limitaciones que tienen las autoridades para comprender la violencia de género a nivel municipal y que bien puede reflejar lo que sucede con los Consejos Municipales en el estado”, señala Ayala Ortiz.
Lamentablemente, dice, la falta de capacitación de las corporaciones policiacas, es uno de los factores por los cuales las mujeres que viven violencia no son atendidas ni protegidos sus derechos, no tienen una perspectiva de género que les permita hacer intervenciones eficientes, agrega.
Otro elemento que contribuye a entender los indignantes datos de violencia de género y violencia feminicida, son los altos niveles de impunidad que provocan en las mujeres desconfianza en su propio sistema de justicia y en los agresores la certeza de que no serán sancionados, finaliza.