En la comitiva viajan cerca de 200 menores de edad y 500 mujeres, el resto son hombres, jóvenes en su mayoría, que anhelan llegar a Estados Unidos de Norteamérica (USA), huyendo en muchos casos de la violencia, pobreza y persecución política de su país.
Venimos cansados por tantos días de caminar (13 días), de dormir bajo las estrellas y mal comer en el recorrido, pero tenemos la fe de seguir adelante, así como con fe atravesamos el llamado Tapón del Darién, una selva llena de peligros, confiesa Irene, una joven venezolana.
Nosotros, dijeron algunos migrantes, al llegar al domo de San Pedro Tapanatepec, pedimos que el gobierno mexicano nos facilite la vigilancia, porque en todo el camino nos han dicho que entrando en tierras oaxaqueñas hay muchos grupos mafiosos que hasta se matan por secuestrarnos.
Algunos migrantes viajan manejando una bicicleta y otras familias transportan a sus bebés en carriolas, que, dicen, "la gente de Tapachula y de los pueblos donde vamos pasando nos regalan". Pero, aun así, la mayoría ya muestra el cansancio físico y dolores musculares.
Por su tamaño, esta caravana es similar a la que ingresó al territorio oaxaqueño en la primera semana de enero de este año, cuando el activista Luis Rey García Villagrán acusó que fueron víctimas de engaños para detenerlos y deportarlos.
Ahora, mediante un video, García Villagrán convocó a una nueva caravana para el cinco de noviembre desde dos puntos: En Tapachula, uno y desde Tuxtla Gutiérrez, la otra. Ambas comitivas se reunirán en Arriaga, Chiapas y de ahí, caminarán hacia Tapanatepec