Ayuda y lucro en Oaxaca, dos caras ante éxodo y crisis migratoria sin precedentes

Nadie estaba preparado en el estado para recibir y dar ayuda humanitaria a más de medio millón de migrantes de más de 100 países que cruzan el territorio para llegar a EU; aunque muchos se solidarizaron, otros lo ven como negocio

Ayuda y lucro en Oaxaca, dos caras ante éxodo y crisis migratoria sin precedentes
Ayuda y lucro en Oaxaca, dos caras ante éxodo y crisis migratoria sin precedentes. Fotos: Edwin Hernández
Sociedad 28/12/2023 12:14 Alberto López Actualizada 13:03

Juchitán. – Entre los habitantes de las poblaciones del Istmo de Tehuantepec, nadie estaba preparado para recibir, comprender y atender a los miles de migrantes procedentes de más de 20 países, que este 2023 han estado viviendo y cruzando en cinco municipios de Oaxaca, coinciden en autoridades, ciudadanos, religiosos y docentes.

Pese a que nadie estaba preparado para atestiguar el éxodo de miles y miles de extranjeros por tierras istmeñas, pronto las familias zapotecas se adaptaron a la nueva realidad y, “por encima del miedo y del odio, algunas optaron por obras de caridad y otras vieron la oportunidad para el lucro”, dice el vocero de la diócesis de Tehuantepec, el presbítero José de Jesús Gutiérrez.

Las cifras del desplazamiento

En realidad, nadie sabe a ciencia cierta cuántos miles de migrantes han modificado la vida de las familias en su paso por el Istmo. Cifras de las autoridades migratorias consignan que, desde fines de julio al 12 de diciembre del 2022, se atendieron en el módulo humanitario que habilitaron en Tapanatepec, a poco más de medio millón de extranjeros, procedentes de 104 países.

Mientras tanto, las autoridades estatales de Oaxaca informaron que al cierre del Centro de Movilidad Migratorio (CMM) de San Sebastián Tutla, de septiembre a octubre, contabilizaba el traslado a la Ciudad de México de 44 mil migrantes, en tanto que el CMM de Juchitán, de septiembre a inicios de diciembre registró 200 mil traslados a la capital del país.

whatsapp_image_2023-12-28_at_11.58.45_am.jpeg

Si a esas cifras le sumamos los 25 mil migrantes procedentes de países africanos como Senegal, Burkina Faso, Guinea, Mali, Costa de Marfil, Congo y Nigeria, según datos aportados por el embajador senegalés en México, Abdoulaye Diop, tendremos un registro de 769 mil migrantes de julio del año pasado a diciembre de este 2023, que han pasado por el territorio istmeño.

Hay, sin embargo, otras cifras adicionales, los 170 mil migrantes detenidos en los 44 puntos de rescate establecidos en el territorio oaxaqueño, los 2 mil que cruzaron por el Istmo en la pasada caravana y los que van en grupos familiares. Se puede asegurar, con los números disponibles, que en año y medio han transitado por tierras istmeñas más de un millón de migrantes.

Empatía zapoteca por los migrantes

 A finales de octubre de 2018, con la llegada de la primera caravana que días antes de esa fecha había salido de San Pedro Sula, Honduras, la sociedad istmeña se volcó a recibir a los migrantes en los espacios públicos que se habilitaron. Les llevaron café, panes, cobijas, mientras las autoridades municipales les proporcionaron baños móviles y seguridad.

Con la llegada de nuevos flujos de migrantes a partir del año pasado, en varios municipios las escenas han sido comunes: grupos de mujeres pertenecientes a diversas congregaciones católicas y evangélicas, abuelas, jóvenes y niños, regalando alimentos a los migrantes. 

Entre las historias tejidas por las abuelas, destaca la que contó el también presbítero responsable de la parroquia Señor de Esquipulas, de Juchitán y vocero de la diócesis, quien refiere que una mujer de 70 años todos los días compra un kilo de arroz, uno de frijoles y dos de tortilla, que, tras ser preparados, se los ofrece a las familias migrantes que llegan a su casa.

“Un día ella me dijo que, al ver a los jóvenes migrantes, recordaba a uno de sus hijos que desde jovencito se marchó hacia los Estados Unidos. Seguramente en el camino, alguien le ofreció un pan, algo de comida y agua y por esa razón trata de ayudar a los migrantes que pasan por acá. Ahora, de lo que su hijo le manda unos “dolaritos” y de ahí compra los frijoles y el arroz”.

Las familias zapotecas son generosas y solidarias, ayudan a quien lo necesite y conocen el sufrimiento de los migrantes que vienen huyendo de las guerras, hambre, de la persecución religiosa, como ocurre en Nicaragua, Venezuela, Haití y Cuba, comenta el sacerdote vocero de la diócesis de Tehuantepec, José de Jesús Gutiérrez.

Durante las primeras semanas de la llegada masiva de migrantes en Juchitán, unos cinco meses que se habilitara el Centro de Movilidad Migratorio (CMM), doña Lupita y sus compañeras de una congregación evangélica preparaban tortas y las repartían con café a los migrantes que en ese entonces ocupaban espacios públicos en el crucero de la ciudad, frente a la central camionera.

“Ahí hemos estado, llevando 300 o 400 tortas de bolillos, queso, atole de vainilla y café, frutas como plátanos y manzanas, lo que podemos comprar y reunir con otros compañeros de la iglesia. Lo hacemos con gusto, nos sentimos bien y en algunos casos entregamos cobijas usadas, pero limpias para que protejan a sus hijos en esta temporada de nortes y frío”, cuenta.

Migrantes, víctimas del lucro

Pero frente a las acciones que el presbítero define como “obras de caridad, se alza un inmenso escenario de lucro donde muchos ven a los migrantes como mercancía. “En el tema del flujo masivo de extranjeros nadie está preparado, pero al final, la sociedad se adapta y busca todos los mecanismos para obtener provecho”, dice Irineo Mujica, de Pueblos Sin Frontera.

Los comerciantes y los prestadores de servicios, se aprovechan de los migrantes, de sus necesidades. Los conductores de taxis y mototaxis les cobran 200 pesos por una dejada de 20 kilómetros sobre la carretera Panamericana de pueblo en pueblo desde San Pedro Tapanatepec y en la zona urbana de Juchitán, les cobran 150 pesos por persona al CMM. A veces llevan cinco pasajeros, dice.

El rostro del lucro aparece en la venta de alimentos del CMM y en las misceláneas de las poblaciones que están en la ruta del migrante que termina por pagar hasta el doble el precio de los refrescos, el agua, las galletas, los panes, pañales, analgésicos, las citas por internet a la aduana estadounidense. “Todos o casi todos, comerciantes y prestadores de servicios quieren ganar”.

whatsapp_image_2023-12-28_at_11.58.44_am_1.jpeg

Joan, un migrante venezolano que viaja con su esposa y tres hijos, pregunta si en Oaxaca no hay oficinas para que atiendan casos de abusos de los policías, del rechazo que fomentan algunas autoridades y de los altos precios que pagan por el servicio del transporte. “Abusan de nuestras necesidades”, acusa.

Tapanatepec y la danza del dinero

San Pedro Tapanatepec está situado en el extremo oriente del Istmo oaxaqueño, limita con el municipio chiapaneco de Arriaga y desde el paso de la primera caravana de migrantes, sus pobladores empezaron a mejorar sus ingresos. Aquí, admitió el edil Humberto Parrazales, “todo tiene un precio”.

Durante el último semestre del año pasado, con la llegada masiva de migrantes procedentes de 104 países, la mayoría de las 9 mil personas que viven en la cabecera municipal, las otras 7 mil están distribuidas en ocho comunidades pesquera más, rentó sus viviendas y, por separado, alquiló las regaderas, los servicios sanitarios y electricidad para la carga de celulares.

En ese periodo, reconoce el edil Parrazales, la economía de Tapanatepec creció. Un ejemplo: en una bodega de mangos, dormían 200 migrantes que por noche pagaban 120 pesos por persona. En un día dejaban por esa renta 24 mil pesos. Durante esa temporada, en Tapanatepec llegaron a rentarse unos mil 500 cuartos de las 3 mil viviendas del municipio.

Los ingresos que dejaron los migrantes en ese último semestre de 2022 fueron equivalentes a la derrama que generan 20 temporadas de corte de mango de exportación. Cada temporada abarca de enero a junio y miles de campesinos son contratados para el corte y el acarreo del fruto hasta las empacadoras que seleccionan y exportan, revela el presidente municipal.

Imparable, el flujo migratorio

La migración, estiman las autoridades de la materia, así como los defensores de los derechos de migrantes, se mantendrá en el mismo ritmo, pese a que en entidades estadounidenses como Arizona y Texas han sido cerrados tres puntos fronterizos con el norte de México y pese a que tradicionalmente en fin de año el fenómeno migratorio disminuye.

Familias completas de migrantes siguen caminando en la carretera Panamericana, llegan a Tapanatepec, pasan Zanatepec, Niltepec, Santo Domingo Ingenio e ingresan a Juchitán donde funciona desde septiembre pasado el CMM desde el que los cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos tienen libertad para viajar a la Ciudad de México.

Sin embargo, los migrantes de otros países, de Centroamérica, el Caribe, Sudamérica, de Asia y África, quienes no son considerados por las autoridades migratorias como “migrantes regulares”, son los más vulnerables en el trayecto y quedan expuestos a las mafias que secuestran y extorsionan, advierte Irineo Mujica.

Temas Relacionados
Migrantes

Comentarios