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Era el día de su graduación de la primaria. Su tío fue a visitarlos a su comunidad y le hizo una propuesta a la familia.
—Se me hace que tu hijo va a ser bueno para estudiar, ¿me lo puedo llevar?—,le dijo al padre de Constantino.
—Si quieres, llévatelo —le contestó y luego volteó a ver a Constantino—. ¿Quieres irte?
—Sí, sí me quiero ir.


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Su padre, en cambio, no quería que su hijo estudiara. Quería que trabajara, como todos los demás. Por eso, cuando por fin consiguió empleo en una maquiladora donde podía estudiar la preparatoria abierta, se llevaba una libreta a escondidas y avisaba a su familia que se quedaría a trabajar “horas extras”. Pero el idioma seguía siendo un impedimento y no lograba pasar sus materias, por lo que buscó una escuela diferente en la que pudiera tener mejor atención de parte de los maestros.
Constantino entró a otra preparatoria abierta y estudió mientras trabajaba en una u otra maquiladora, según cuál pagara mejor. En una ocasión renunció, después de tres años de trabajo, pero como no conocía sus derechos laborales no cobró su finiquito. Incluso, recuerda, no sabía lo que eran las vacaciones, por lo que nunca las tomó. Él y su familia buscaban adaptarse a Ciudad Juárez, pero el cambio del mixteco al español, de lo rural a lo urbano, de la sierra al desierto, seguía siendo un cambio muy drástico.
“La gente cuando venimos de otros lados queremos adaptarnos. Yo me acuerdo que en aquel entonces la gente se vestía de cholo y nosotros nos vestíamos así como ellos. Buscábamos como que grupos con quién juntarnos, como qué queríamos. […] Cuando yo llego aquí, nuestra comunidad era muy unida. Festejábamos todas las fiestas que acostumbrábamos en el pueblo. Con el tiempo las fuimos perdiendo. Yo escuchaba los comentarios de ‘híjole, qué andas haciendo en eso’ y uno por querer encajar en el grupo a veces uno lo tenía que ir dejando”, cuenta.


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“Yo le digo a mi familia que mi sueño es regresar a mi pueblo. Yo sueño con volver, no sé cuando, pero espero que sea pronto”.
*Este reportaje forma parte del proyecto “Bordes fronterizos. Historias de migración y violencia de indígenas de Oaxaca y Chihuahua en Ciudad Juárez”, que fue realizado en colaboración entre EL UNIVERSAL Oaxaca, El Muro Mx y Raíchali Noticias, con el apoyo del Consorcio para Apoyar el Periodismo Independiente Regional en América Latina (CAPIR) liderado por el Institute for War and Peace Reporting (IWPR).
También puedes leer más crónicas y consultar el proyecto completo estos enlaces:
https://bordesfronterizos.elmuromx.org/inicio/
https://raichali.com/bordesfronterizos/