Buscan recuperar al amaranto como alimento básico de las familias de la Mixteca de Oaxaca
Desde 2014, la siembra del amaranto se ha intensificado en la Mixteca, pero además se busca incentivar su consumo por su alto valor nutricional
Tlaxiaco. – Desde 2014, la siembra del amaranto se ha intensificado en la zona de la Mixteca, en Oaxaca, por las ventajas que ofrece, pero además se busca incentivar su consumo, debido a su alto valor nutricional, pues contiene varias vitaminas además de ácido fólico, calcio, hierro y fósforo.
Desde que Minerva Hilario se enteró que su madre padece de diabetes, las hojas, flores y las semillas del amaranto se volvieron de los principales platillos de su familia. Ahora, promueve y junto a otras mujeres impulsa la única red de productores de amaranto en el distrito de Tlaxiaco, en la región de la Mixteca.
En Agua Zarca, una pequeña comunidad de Santa María Cuquila, ubicada a pocos kilómetros de distancia del municipio de Tlaxiaco, Minerva Hilario Mejía, narra a EL UNIVERSAL sobre el amaranto como alimento nutricional y básico para su familia.
Rodeada de granos de amaranto cosechado hace unas semanas, Minerva platica lo trabajoso que es todo el proceso de cultivo de los granos de amaranto, pero que de alguna manera es necesario para su familia.
“La forma de nuestra alimentación cambió radicalmente, una porque tengo un enfermo en casa que es mi mamá. En mi familia no consumimos embutidos, ni azúcares, ni productos ultra procesados y entonces hemos volteado a consumir el amaranto en todas sus variedades, además de todos los alimentos que producimos desde casa”, comenta, Minerva, quien se encarga desde el 2014 de cultivar la tierra, para la siembra del amaranto.
Minerva, al igual que muchas mujeres y familias de las comunidades indígenas, cocina desde los tallos hasta las hojas del amaranto y otras especias en caldo, sopa, con huevo, entre otros, “las hojas del amaranto se pueden agregar a la a la masa para hacer tortillas. Realmente existen infinidades de formas de cómo consumirlo”.
Joselyn Pérez Landero es otra de las integrantes de la red, asegura que desde que se integró a la red, también ha cambiado su alimentación y la de su familia.
“Desde que cocino arroz, le agregas amaranto porque tienen el mismo tiempo de cocción y queda muy rico con los nutrientes del amaranto. También cuando hago arroz con leche u otras recetas, siempre le agrego amaranto”, dice.
Aunque el estado de Oaxaca no se distingue como productor a gran escala de amaranto, mucha de las comunidades tiende a consumir los granos en quelites.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) destaca su aporte nutricional, rica en vitaminas A, B, C, B1, B2 y B3, ácido fólico, calcio, hierro y fósforo.
“El amaranto es de gran importancia para los pequeños productores del centro y sur de México, pues se cultiva en superficies reducidas, menores a una hectárea, bajo sistemas agrícolas tradicionales como la milpa y las chinampas”, indica el informe.
Buscan consumidores
Desde que la red de mujeres y hombres comenzaron a trabajar con los granos del amaranto en 2014, no ha sido fácil hacer que las personas consuman los granos, por la falta de información, de conciencia y el acceso al alimento, expone Manuel Villegas Mora de Ojo de Agua, en Tlaxiaco, uno de los integrantes de la red.
“La idea es que las personas puedan alimentarse mejor, también enseñarles a cultivarlo y a cosecharlo, para que tengan una alimentación sana y cerca, que no tenga que estar comprando”
Fue en 2014 que se integró la Red de Productores del Amaranto de la Mixteca, por la asociación civil Puente a la Salud Comunitaria, quien justamente acudió en esta parte de la mixteca, para cultivar el amaranto, con el tiempo surgieron un grupo de transformadoras, quienes actualmente transforman los granos en casi 40 presentaciones.
“La idea era sólo obtener semilla, luego se ha implementado otros derivados como en harinas para atoles o empanizar, dulces y demás”, agrega, otra de las productoras.
Por ejemplo, Samuel López se integró a sembrar el amaranto en 2014, asegura que antes de esa fecha no lo conocía, sólo los granos comunes como el frijol y el maíz.
“Nos hemos enfrentado a la falta de mercado, desde que nosotros comenzamos ha sido un poco difícil porque antes no había, apenas las personas se están dando cuenta de los nutrientes que aportan los granos”, reconoce Manuel Villegas.
Manuel dice que, pese a que muchas personas ya consumen las distintas presentaciones del grano, la red trabaja en la difusión de los nutrientes, el modo del cultivo y también en la diversidad de los productos.
En este contexto, entre los retos está terminar de concientizar a las personas sobre la sana alimentación y la soberanía alimenticia, asegura Dora María Moreno López, representante de la Cooperativa Red de Amaranto de la Mixteca Oaxaqueña.
Dora Moreno López explica que al año se acopia al menos una tonelada y media, a una tonelada 800 de amaranto.
Mientras que el valor de producción de amaranto en México durante el 2020 fue de 45 mil 939 pesos y su producción fue de 5 mil 625 toneladas, distribuidas en seis estados de la República, señala el informe de la SADER.
Entre los principales productores son Puebla con 3 mil 750 toneladas, Tlaxcala con mil 267, Estado de México con 336 toneladas, Ciudad de México con 139 toneladas y Oaxaca con apenas 123 toneladas, de acuerdo a un informe de la Sader publicado a principios del 2022.
Diversidad en presentaciones
“A muchas personas no les gustan los granos así nada más, entonces se les vende en otra presentación, para que sea de alguna manera más atrayente”, indica Joselyn Pérez, mientras muestra una variedad de productos con amaranto en el mercado municipal Benito Juárez, en Tlaxiaco.
La red de productores y trasformadores del amaranto explica que después del reventado del grano se puede realizar en diversas presentaciones, por ejemplo, en chocoalegrías, alegría natural, tostaditas integrales de amaranto, cacao con amaranto, barras energéticas, obleas, horchata con amaranto para aguas, granola con piloncillo y semillas secas, entre otros.
Además de harinas para pasteles, atoles, el cual ya está integrado el trigo y avena. El frijol molido seco agregado con amaranto es de los que más se venden, al igual que la granola con piloncillo y semillas secas.
Joselyn actualmente transforma los granos en barras energéticas, que contienen ocho semillas, más arándano y coco. La joven explica que colocar los 40 productos al mercado no ha sido fácil, ella en algún momento intentó vender galletas, pero no pegaron y tuvo que retirarlos del mercado.
“Tuve que sacarlo en existencia y hacer otra cosa que se vendiera bien. Siempre estamos buscando saber qué les gusta a nuestros clientes, con ello también buscamos un tanto la salud del consumidor”.
Los integrantes de la red también han convertido las hojas del amaranto en harina para mezclarlo con la masa para las tortillas. Explican que cada 15 días se revienta la semilla para que el cereal sea fresco: “El amaranto tiene la vida de un mes, para mantenerse fresco”.
“Ha ido en aumento las personas que consumen el amaranto, muchos ya preguntan el modo de cocina y sobre sus beneficios. Nosotros solo queremos que consuman los productos y si tienen la oportunidad puedan cultivarlo, para tratar de ser autosustentables”, recuerda Manuel Villegas.
Falta de productores de amaranto
Dora Moreno señala que durante los dos años de pandemia, las personas comenzaron a aumentar su consumo de amaranto, “aunque nuestras ventas aumentaron, tenemos que hacer un trabajo intenso, para que las personas volteen a consumir este producto, en la pandemia, las personas de alguna manera se dieron de los nutrientes de este producto”.
Por esta situación, la red de amaranto prevé que hará falta más productores de amaranto, debido a que la demanda irá en aumento. Actualmente se tienen productores en Las Peñas, Agua Zarca, Ojo de Agua, Cañada María, San Pedro Mártir Yucuxaco, San Nicolas, Santa Cruz Tayata y otras comunidades cercanas al municipio de Tlaxiaco.
Por ejemplo, en Agua Zarca solamente cultiva Minerva, porque la siembra del amaranto no es fácil, “Conlleva mucho trabajo, desde la siembra, el deshierbe, el raleo. Ya en la cosecha, viene el proceso de corte, el secado, trillado, venteado y reventado de los granos. Es un proceso muy largo, entonces mucha gente vio que no les dejaba económicamente y lo fueron dejando”, manifiesta.
Aunque resulta conveniente el cultivo y el proceso de transformación del amaranto, no siempre resulta la mejor opción, pues los costos de producción son muy altos, debido a lo trabajoso que es, comentan, los integrantes de la red.
“Entre los problemas está el costo de producción porque son altos, porque al venderlo tienen que al menos recuperar lo que invierten. Entre otros problemas es el cambio del clima, los campesinos no saben con precisión cómo será el clima durante el año de cultivo”
El amaranto se cultiva en la temporada de lluvia, se cosecha en el mes de noviembre, donde se corta y luego se deja secar los granos en una malla, se espera que los granos se sequen, para luego pasarlo al trillado, la máquina se encarga de separar la semilla de la paja, enseguida hay que ceñirla, luego hay que soplarla.
Lo último es llevarlo al acopio donde la máquina se encarga de separar la semilla en primera, segunda y tercera, para que finalmente se empaque y se etiquete. Actualmente el costo del amaranto por kilogramo es de 45 pesos, en el distrito de Tlaxiaco.