"El objetivo es una formación crítica en los alumnos del entorno en que viven, que recuperen los conocimientos comunitarios, alejados de los colonialismos, es una apuesta pedagógica por la identidad y la historia y no por la imposición de estereotipos, por eso se desfila con la ropa del sotavento”, detalló.
“Los alumnos relacionaron la celebración de los fieles difuntos con la vestimenta regional, elaboraron cabezas que simularon los cráneos de calaveras que nombraron 'cabezones' y portaron falda y blusa bordada, pantalón y guayabera, camisa blanca”, abundó Santiago Uscanga.
Además de volver a la ropa tradicional del Papaloapan, dentro del plantel, los alumnos realizaron investigaciones sobre el papel de la comunidad afrodescendiente y el arraigo histórico en la formación cultural de la cultura cuenqueña, los papeles principales de esas manifestaciones, las colocaron en los altares de muertos, con comida como el mondongo, la rellena, el pescado frito o el mondongo.
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