Durante su participación en el seminario “Construyendo integridad. Participación y vigilancia ciudadanas contra la corrupción”, aseguró que la sociedad mexicana aguanta, por ejemplo, un pésimo y caro servicio de transporte, “topes y más topes” para tener claro que cuando un agente de tránsito te pide que te orilles, no es para aplicar el reglamento sino para buscar cómo extorsionar.
Pero también criticó a los ciudadanos que son excesivamente tolerantes con la corrupción o que se han adaptado a ella. Nuevamente mencionó el caso del transporte público, donde nadie hace nada para exigir que esté regulado por el gobierno, se ofrezca un mejor servicio y más barato, e incluso, para preguntar por qué hace falta la lámpara en un poste del alumbrado público.
“Tal vez no han hecho nada porque nadie los ha convocado o, porque somos un país donde tenemos miedo a que las cosas cambien. No vaya a ser que un día funcionen bien los camiones del transporte público”, dijo.
Afirmó que este sistema fue quizás el primer antecedente de lo que hoy “han convertido en millonarios a los dueños de las plataformas digitales de compras por internet”.
También aseguró que otro problema en México es que no se sabe convocar al talento: “Lo que no haría yo con 40 de ustedes en mi equipo; no saben de lo que seríamos capaces, las cosas que cambiaríamos todos los días, y no hay que esperar diez años para cambiar el planeta”.