Drenaje colapsado en Juchitán contamina agua para consumo humano; municipios de Oaxaca aún esperan plantas de tratamiento

Juchitán.– Unos 20 casos de personas con enfermedades diarréicas agudas (EDAS), en la comunidad zapoteca de La Ventosa, prendieron la alerta entre las autoridades municipales de esta ciudad del Istmo de Tehuantepec y de la Jurisdicción Sanitaria 2 de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO).

Después de atender a los pacientes con antibióticos y clorar la fuente de agua, además de tomar muestras que se enviaron al Laboratorio Estatal de Salud Pública (LESPO), revisaron las redes de agua y drenaje, donde localizaron tres puntos colapsados que están contaminando el agua para consumo humano.

Una semana después, en La Ventosa no se han registrado nuevas enfermedades diarréicas, “pero seguimos monitoreando en toda la población a quienes se les ha pedido que hiervan y cloren el agua, mientras se reparan los puntos colapsados”, dijo el director de Salud municipal, Jesús Alberto Esteva Orozco.

 

 

Desde esa experiencia, las autoridades locales y de la Jurisdicción Sanitaria 2 acordaron la revisión y toma de muestras de la red de agua potable de Juchitán que se abastece de ocho pozos, siete de ellos muy cerca del río Las Nutrias, que en su cuenca recibe las aguas residuales de nueve municipios que carecen de plantas de tratamiento.

Iván Hernández, ingeniero químico industrial que durante 13 años estudió los niveles de contaminación de los ríos Tehuantepec y Las Nutrias, adelanta que las autoridades de Salud van a encontrar una alta concentración de heces fecales en los pozos de agua que opera la Comisión Estatal del Agua (CEA) y en los pozos artesianos de las familias juchitecas.

Tan solo en la parte baja de la cuenca del río Las Nutrias, explica el especialista, los habitantes de Ciudad Ixtepec, Asunción Ixtaltepec, El Espinal y Juchitán descargan en ese afluente un promedio de 600 litros de aguas negras por segundo, unos 51 millones 840 mil litros por día, equivalente a casi 900 pipas con capacidad de 60 mil litros.

“La contaminación que encontramos en el río Las Nutrias es preocupante no sólo porque daña la oxigenación del sistema lagunar de donde dependen miles de pescadores, sino que afecta al manto freático e introduce directamente a los pozos de agua las heces fecales, al margen que, en la parte norte del afluente, en Juchitán, funciona un basurero clandestino.

Foto: Alberto López

“¿Qué sucederá con la salud pública de los istmeños una vez que arranque la operación de los parques industriales de Ciudad Ixtepec, San Blas Atempa y Santa María Mixtequilla? ¿A dónde descargarán las aguas residuales e industriales? ¿A los ríos Las Nutrias? ¿Al río Tehuantepec? ¿Qué planean hacer al respecto las autoridades del Corredor Interoceánico del Istmo”?, pregunta el ingeniero.

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Cuando la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) organizó las siete asambleas regionales que denominó Consulta Indígena, en 2019, las autoridades municipales de ese entonces priorizaron entre sus peticiones la construcción de las plantas de tratamiento de aguas residuales para reducir los niveles de contaminación de los afluentes del Istmo.

Ningún municipio del Istmo ha recibido respuesta. Lo malo, señala el especialista Iván Hernández, es que el proceso de contaminación avanza, y con el riesgo de que llegue un momento en que todos los pozos que la CEA opera en la zona se vuelvan inoperantes por la acumulación de heces fecales y lixiviados.

 

 

“Nosotros vamos a realizar nuestros estudios, vamos a tomar muestras del río, del manto freático, pero desde ahora observamos que, en la parte sur de la ciudad de Juchitán, hay tramos colapsados del drenaje que se filtran al subsuelo y contaminan los pozos artesianos que utilizan los campesinos”, señala el director de Salud de Juchitán, Esteva Orozco.