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Jesús Hernández Juárez porta con orgullo su uniforme azul con amarillo, en la espalda el número 12 y en el pecho, al pie de una montaña y con letras grandes dice Natividad, el municipio que representa Jesús en la categoría infantil y que se une a los más de 300 equipos que participan en este torneo.

La mañana avanza y en las distintas canchas de la comunidad se disputan las eliminatorias un partido tras otro. El turno del equipo infantil del municipio de Natividad ha llegado, sus rivales, el equipo de Quiotepec, chocan las manos antes de iniciar, el árbitro da el silbatazo inicial y lanza el balón al aire.
Desde su posición dentro de la cancha, Jesús Alfonso está atento al rebote del balón, ha entrenado desde los cuatro años para este momento.

Chucho corre a lo largo de la cancha, pasa del ataque a la defensa, siempre cercano a las jugadas, quitándose la marca, buscando los rebotes en los tiros libres, dando pases certeros en los saques laterales y protegiendo la posición del balón cada que tiene la oportunidad.
“Jesús no es diferente a ningún otro niño en la cancha y eso es gracias al trabajo de inclusión que han hecho sus padres, estamos muy contentos y halagados de que represente a Natividad en esta copa”, expone Israel Santaella Martínez, presidente municipal de La Natividad.

La competencia sale de la cancha, mientras los niños disputan el balón, las familias compiten desde las gradas a gritos, con fervientes porras y muestras de apoyo. Al fondo se ve una lona impresa con una foto de Chucho y un mensaje de apoyo de sus amigos, maestras y terapeutas de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular USAER 03.

Denisse Juárez, madre de Jesús, expresa la importancia del apoyo familiar: “todos los niños con una discapacidad pueden lograr lo que quieran, siempre que como papás los sigamos apoyando, los impulsemos y les demos herramientas para que sean independientes y logren lo que quieran”.
El árbitro suena el silbatazo que anuncia el final del partido, la pelota se detiene, los jugadores de ambos equipos se forman y chocan las manos en señal de amistad deportiva.
El marcador final es de 6-2, a favor del equipo de Natividad. Jesús y sus compañeros celebran y gozan, posan para las fotografías y salen de la cancha abrazados.