
“De por sí es una persona muy activa. Desde que la iba a visitar en su casa, hacíamos las labores de campo, el pastoreo de animales y por las tardes nos íbamos a la cancha de Vicente Guerrero a jugar”, resalta, Ana María García, su ahijada.
“Yo me siento orgullosa de estar jugando, porque cuando crecí no me dieron estudios, pero después aprendí, aunque siempre me ha gustado jugar; no soy una persona aburrida”, reitera.

Como muchos de los pobladores de la Mixteca, región de Oaxaca reconocida como una de las mayores expulsoras de migrantes, doña Andrea migró a la Ciudad de México, de donde regresó hace más de 16 años.
“Desde su juventud, le gustan todos los deportes, si la invitan a jugar futbol o básquet, ella va, por eso se mantiene sana, no tiene ninguna enfermedad”, agrega su hija Obdulia Sandoval García.
Pero en Atatlahuca no sólo juega básquetbol doña Andrea, también lo hacen otras mujeres, tanto de su edad como más jóvenes.
Por ejemplo, Sofía Irene Alvarado de 64 años, es veterana en el básquetbol.
Este deporte es tan importante para este pueblo enclavado entre los bosques de la Mixteca, que como parte de la Feria de los Hongos Silvestres de Atatlahuca, mujeres de más de 65 años participaron en un partido de exhibición, portando su vestimenta tradicional.
“Él hacer ejercicio es normal en nuestra comunidad, por ello desde jóvenes participan en el deporte”, señala, Maribel Velasco García, síndica municipal de San Esteban Atatlahuca.

La vida cotidiana de las mujeres de esta zona de la Mixteca, incluye tanto jugar en equipos de básquet, como pernacer pendientes de sus cocinas, del cuidado de sus borregos, chivos y otros animales. Y como todos, participar en los tequios y en asambleas, actividades que son pilares de la vida en comunidad.
Sin embargo, no todo es romanticismo, señala. Estos logros les han costado años de luchas a las mujeres, sobre todo colocarse en espacios para la toma de decisiones.
Maribel puntualiza desde su propia experiencia e indica que además de los esfuerzos personales y comunitarios como el de doña Andrea, se necesita que las autoridades atiendan a estos sectores de la población.
“Es muy necesario que los gobiernos volteen para tener políticas publicas enfocadas hacia las mujeres indígenas, que nos encontramos a estos pueblos que seguimos conservando nuestras costumbres”.

“Estamos seguras que con las enseñanzas de estas mujeres como doña Andrea, en las mujeres de las futuras generaciones habrá cambios”.
Doña Andrea, no solo juega basquetbol, la mayor parte de su tiempo teje gabanes y rebosos, prendas que forman parte de la indumentaria de las mujeres de estos pueblos de la Mixteca.
En el quehacer de las mujeres de Atatlahuaca, también incluye el caminar sus territorios, dice Eminia Galindo Bautista, presidenta de Vigilancia de Bienes Comunales, quien señala que en esta comunidad las mujeres caminan una hora diaria, pero cuando les toca ir a los bosques, pueden pasar horas caminado entre los árboles.
Eminia tiene 65 años, al igual que doña Andrea juega basquetbol y dice que es el único deporte que ha jugado desde 1973. “Toda mi juventud le dediqué al deporte”. Ahora, dice, de vez en cuando aún cascarea en la cacha del pueblo.

Así las mujeres de Atatlahuca y sus comunidades, van alternando sus quehaceres entre el cuidado de su territorio, la siembra de maíz y frijol, el deporte, el tejido y los cargos por asamblea, actividades con las que van aminorando el machismo y colocándose como ejemplo para las futuras generaciones.