Ante la imposibilidad para obligarlos descender de los autobuses, y frente a la necesidad de devolver los camiones a Juchitán, los migrantes fueron abandonados en la población de Palomares, que pertenece al municipio de Matías Romero, a unos 90 kilómetros al sur de Acayucan, en la zona norte del Istmo y todavía en el territorio oaxaqueño.
De los 350 migrantes más que viajaban en otros 10 autobuses, sólo se sabe, por versiones de sus compañeros, que desde la tarde de ayer descendieron de los camiones y se dispersaron en la población de Tierra Blanca, Veracruz, a 391 kilómetros de la Ciudad de México. No se conoce su paradero.
“No sabemos qué decisiones vamos a tomar. Vamos a valorar si nos regresamos a Juchitán o seguimos hacia adelante, pero una cosa es cierta, la gente ya no puede caminar”, comentó la coordinadora Rosa Vásquez, desde el parque de Palomares, donde los extranjeros tendieron sus casas de campaña y colchonetas.