En el abandono, ambulancia donada por Japón a Juchitán, Oaxaca; argumentan falta de recursos para operarla
De acuerdo con médicos, se trata de una ambulancia intermedia, entre la básica y la de terapia intensiva, equipada con oxígeno y resucitador
Juchitán.— Mientras comunidades de Oaxaca sufren por falta de ambulancias, los mandos centrales del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE) no aceptan una unidad donada por Japón para el traslado de pacientes, bajo el argumento de que la institución no cuenta con recursos para pagar chofer, combustible o mantenimiento.
La profesora jubilada Geraldina Santiago Velázquez se escucha molesta al saber que las autoridades del ISSSTE no quieren hacerse responsables de que dicha ambulancia esté al servicio de los derechohabientes que requieren traslados a hospitales en Tehuantepec o la capital.
“No es posible, ni creíble, que nos digan que no tienen dinero para cuidar la salud de los trabajadores”, lamenta.
En febrero pasado, el gobernador Alejandro Murat entregó ambulancias donadas por Japón a instituciones de salud, entre ellas a la Unidad Médica del ISSSTE de Juchitán. “Claro que nos dio gusto porque después de 35 años, por fin se contaría con una ambulancia”, dice Sobeida López Rivera, representante sindical de dicha clínica. Sin embargo, el gusto duró poco.
Las autoridades del ISSSTE en Oaxaca y a nivel nacional le recriminaron al director de la unidad médica de Juchitán por recibir la ambulancia, a sabiendas que la institución carece de presupuesto para abrir una plaza de chofer y para pagar combustible y mantenimiento, explican los trabajadores. Desde entonces, la ambulancia permanece estacionada en un pequeño patio de la clínica.
Por ahora, señala la exdirigente de Jubilados y Pensionados del ISSSTE, Geraldina Santiago Velázquez, los familiares de los pacientes que requieran hospitalización en Tehuantepec o en la capital oaxaqueña, seguirán rentando ambulancias o taxis para el traslado. “Me parece una injusticia. Ahí parada la ambulancia se echará a perder y será una lástima porque los médicos dicen que está muy bien equipada”.
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De acuerdo con médicos consultados, se trata de una ambulancia intermedia, entre la básica y la de terapia intensiva, equipada con oxígeno y resucitador (desfibrilador). En los momentos más difíciles de la pandemia de Covid-19, una ambulancia de su tipo para el traslado de un paciente a la capital se rentaba entre 20 mil y 30 mil pesos.
Años de cerencias
La Unidad Médica Familiar del ISSSTE, que recibió la ambulancia, hoy sin usar, tiene más de 35 años funcionando en Juchitán y actualmente presenta una serie de limitaciones que complican la atención de los más de 25 mil derechohabientes de varios municipios istmeños, como los que requieren traslados urgentes desde sus domicilios, los que necesitan estudios de laboratorio y deben viajar a Tehuantepec, o quienes deben tramitar sus servicios de vigencia de derechos en Salina Cruz.
En 2010, recuerda la exdirigente de Jubilados y Pensionados, se gestionó ante las autoridades federales del ISSSTE la apertura de un laboratorio para evitar viajes y gastos hasta la ciudad de Tehuantepec. Nunca llegó. “Hasta ahora no tenemos laboratorio para los análisis sanguíneos, como tampoco medicamentos para los pacientes de enfermedades crónicas-degenerativas, como diabéticos”.
Otro problema, dice Sobeida López Rivera, es que hace seis meses el área de Servicios de Vigencia de Derechos, que durante 30 años funcionó en la Unidad Médica del ISSSTE de Juchitán, fue cambiada a Salina Cruz y ahora, para realizar ese trámite, todos tienen que costear su viaje. Ahí tienen que ir quienes tienen familiares que fueron dados de alta o requieren ser atendidos en hospitales de Tehuantepec o de Oaxaca.
EL UNIVERSAL buscó la postura del ISSSTE en Oaxaca, pero no hubo respuesta.
