Lo anterior es posible gracias a que esta institución educativa cuenta con un sistema capaz de purificar hasta mil litros de agua por hora y dejarla apta para el consumo humano, gracias a la instalación de una torre de purificación.

Pete Noll, de la Fundación TASH, explica que el interés surgió por tener agua gratis en las escuelas y lograr otras acciones a favor de la comunidad, y establecer nuevos vínculos con la población, adicionales a las que se realizan con la Clínica del Pueblo de San Martín Mexicapam, donde se prestan servicios y atención médica a muy bajo costo. También destaca la posibilidad de establecer alianzas para mejorar las condiciones de vida de la población.
[[nid:222521]]
Lo anterior es de suma importancia sobre todo cuando la ciudad de Oaxaca y su zona conurbada vive una carestía del líquido que ha llevado a las autoridades a implementar medidas emergentes para garantizar su acceso, considerado un derecho humano.
De acuerdo con el Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Soapa), actualmente, derivado de la temporada de sequía, la zona metropolitana de Oaxaca tiene un gasto aproximado de a penas 195 litros por segundo cuando debería ser de 400 litros en ese mismo periodo de tiempo.

Ante ello la dependencia señala que se espera que con la atención a la infraestructura se recupere el gasto de 400 litros por segundo, para lo cual se ha dado mantenimiento a 19 pozos profundos, además de atender más de 700 fugas de agua tanto en líneas de conducción y distribución, así como de tomas locales y el lavado de 34 tanques de distribución y rebombeo.
Pese a ello, 26 mil 500 hogares de 26 colonias no tienen acceso al agua mediante tuberías, por lo que fueron incluidos en el programa “Juntos llevamos vida”, el cual tiene el objetivo de contrarrestar el estiaje con la dotación de 27 millones de litros de agua en la zona metropolitana de Valles Centrales, proporcionando mil 100 litros por domicilio a través de pipas.
Cuando se regresó, detalla, los profesores decidieron abordar con los estudiantes la importancia de una alimentación saludable, porque el nuevo virus provocó una situación difícil en la salud y era necesario crear conciencia sobre una buena alimentación para tener una vida saludable. Así, surgió el acercamiento con la Clínica del Pueblo, quien apoyó con la generación de información, y con Pete Noll, de la Fundación TASH.
“Posteriormente ellos llegaron a comentarnos sobre este proyecto del agua potable, y fue un poco complicado la toma de decisiones, pero al final cuando ya se nos dio la información en su totalidad dijimos es una buena oportunidad de decir sí y tener ese equipo aquí en la escuela y beneficiar a toda la comunidad educativa”.
[[nid:222077]]
Y también a la institución educativa. “Porque a pesar de que somos una escuela ubicada en un espacio céntrico, no contamos con el apoyo de instituciones educativas gubernamentales, entonces las necesidades que tenemos en la escuela, pues las cubre la misma comunidad de padres de familia. Entonces al ser beneficiada con este proyecto, imagínense lo feliz que estamos”, manifiesta la directora.
Lo anterior, sobretodo porque el agua que llega de la red pública no es suficiente para la escuela primaria y tanto padres de familia como profesores se organizan para comprar 10 mil litros de agua cada semana.

“Uno de estos proyectos es agua limpia en las escuelas qué consiste en un sistema conformado por una torre de purificación de agua potable que pueda soportar un tinaco de aproximadamente mil litros de capacidad. Y está el Programa Educación en el cual tenemos sesiones de capacitación con los padres de familia, los maestros y los niños, para que sea una solución holística en el sentido de que el niño lo mismo que verá en la escuela lo pueda replicar en casa”.
Esa relación, explica, tanto dentro como fuera de la escuela, es algo que caracteriza a los seres humanos; es cambiar la concepción del agua como un bien material y que los alumnos vean que ese recurso es lo que les permite estar vivos y no sólo está relacionado a un tema de compra y venta, sino de accesibilidad.
“Y creo que el que la Fundación TASH en colaboración con la escuela y con la Clínica del Pueblo puedan conjuntar un esfuerzo para brindar agua limpia a los niños y un agua limpia que, finalmente, también viene de un abastecimiento que no es un proceso de embotellado”, advierte.