Extrabajadoras de centro migrante de Oaxaca acusan abusos del sacerdote a cargo

El Centro de Orientación del Migrante de Oaxaca está injustificadamente cerrado, afirman exempleadas, pues cuenta con dinero y alimentos suficientes para atender a migrantes que pasan por el estado

Extrabajadoras de centro migrante de Oaxaca acusan abusos del sacerdote a cargo
Extrabajadoras de centro migrante de Oaxaca acusan abusos del sacerdote a cargo. Foto: Especial
Sociedad 13/04/2023 16:49 Juan Carlos Zavala Actualizada 16:49

Oaxaca de Juárez.- Elisa González Morales, ex administradora del Centro de Orientación del Migrante de Oaxaca (Comi), negó las acusaciones realizadas por el sacerdote Fernando Cruz Montes, quien afirmó que ella y otra extrabajadora vendían el papel de baño a las personas migrantes y que alteraban facturas.

Además, la exempleada denunció una serie de abusos presuntamente cometidos por el sacerdote Fernando Cruz contra las personas migrantes y contra las personas voluntarias que donaban comida y vestimentas al Comi.

En entrevista con EL UNIVERSAL, explicó que en mayo de 2022 fue despedida injustificadamente por el sacerdote, y un mes después también despidió a los tres trabajadores que quedaban en el centro: la secretaria, la cocinera y el vigilante.

Sólo una de ellas decidió interponer una denuncia por despido injustificado y tras meses de litigio, logró llegar a un acuerdo con el clérigo, pero fue condicionado a que la extrabajadora no pueda dar ningún tipo de declaración o información sobre el Comi ni sobre él.

“Mi compañera puso la denuncia y llegaron a un acuerdo en el cual el padre abusó y ella no puede hablar absolutamente nada del Comi ni del padre. Condicionó el acuerdo. Yo no hice la denuncia por unos asuntos familiares que el sacerdote los sabe, por no tener problemas familiares, me reservé ese derecho”.

Elisa González sostuvo que fue despedida tras asistir a un curso de capacitación a Honduras, como parte de la Red de albergues de la que es miembro el Comi; asegura que fue a la capacitación, primero por instrucciones y después por autorización del clérigo Fernando Cruz. Pero a su regreso, utilizó eso como excusa para despedirla. “Además, el Comi no financió nada de ese curso, todo fue pagado por la Red”.

Afirmó estar sorprendida por las declaraciones del sacerdote sobre la venta de papel higiénico y la alteración de facturas, cuando él sabe que quien manejó las cuentas y las tarjetas bancarias fue el propio padre y el contador José Alfredo Constantino Soriano Díaz; quien posteriormente fungió como director de este albergue para personas migrantes.

Tampoco, dijo, entiende cuáles son las razones por las que el albergue se mantiene cerrado desde hace más de un mes, cuando se quedó con recursos por alrededor de 800 mil pesos en sus cuentas bancarias y con una bodega llena de alimentos y otros insumos.

“No entiendo por qué, si yo no manejaba las tarjetas, él sabe perfectamente que las tarjetas las manejaba él, que él realizaba las compras, que él junto con el contador manejaba las cuentas. Yo no manejaba ningún dinero, salvo lo que ellos daban de caja y que nunca fue más de dos mil pesos.

“No solamente se quedó con esa cantidad de dinero, se quedó con muchos recursos más y el padre lo sabe, por ejemplo, todo lo que eran cosas materiales y despensas, la bodega la cerraron, a mi me avisaban, está con bastante comida, frijol, arroz y aceite”, señaló.

Elisa González también aseguró que hubo una serie de abusos contra las personas migrantes, cometidos por el padre Fernando Cruz. Una de ellas, dijo, fue que el sacerdote empezó a dar raciones más pequeñas de comida a las personas o a limitar la preparación de alimentos, pese a que se contaba siempre con muchos insumos.

Otro abuso, dijo, fue que el clérigo corría a los migrantes del albergue pese a que sabía que no tenían dinero para continuar su viaje y que tenían pendiente un proceso ante el Instituto Nacional de Migración (INM).

“En algunas ocasiones nos tocó esconder a las personas migrantes. Nos decían, oiga, fíjese 

que ya viene el padre, qué hacemos, y nosotros los sacamos por la puerta de enfrente mientras el padre ingresaba en su camioneta por el estacionamiento.

“Porque era tan inhumano ver que las personas no tenían dinero para irse y todavía tener que seguir un proceso legal aquí en Oaxaca, ya sea con el DIF o con Migración. Ellos le explicaban, pero a él no le importaba. A mi me decía, ya no los quiero ver más aquí, córrelos, despídelos”, cuenta.

Para Elisa González, las recientes declaraciones realizadas por el padre Fernando Cruz contra dos extrabajadoras tal vez sean una reacción ante las críticas y señalamientos contra el sacerdote por haber cerrado el albergue en plena emergencia humanitaria en el estado de Oaxaca, por el incremento en el número de personas migrantes que están llegando a la ciudad.

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